Irene Paredes, en el juicio contra el expresidente de la Federación: «Rubiales me dijo que le estaban llamando violador»

Antía S. Aguado REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Tanto ella como Putellas y Codina confirmaron los múltiples intentos del expresidente de la RFEF para que Hermoso dijese que consintió el beso

06 feb 2025 . Actualizado a las 15:52 h.

Irene Paredes, Alexia Putellas y Laia Codina. Las tres jugadoras de la selección resaltaron en sus respectivas declaraciones en la cuarta jornada del juicio contra Luis Rubiales por el beso no consentido a Jennifer Hermoso el ambiente «extraño» que se percibía en el avión de regreso a España. Todas ellas, además, confirmaron las coacciones.

Paredes relató cómo Rubiales le paró en un pasillo del avión «buscando conversación», antes de decirle: «‘Es increíble, me están llamando violador'». También conversó con el expresidente Laia Codina, asegurando que este le comentó que sus hijas lo estaban pasando mal y que una mujer «que estaba conociendo» le había dicho que no pasaba nada por el beso, «como quitando importancia» a lo acontecido.

La central del Barça expuso, además, las presiones a Hermoso para que grabase un vídeo con el expresidente: «Recuerdo a Jenni contándonos que Rubiales había estado con ella y cómo le había contado él lo que había pasado, diciendo que era cosa de ambos... Y cómo Jenni decía que no, que eso lo estaba modificando. Quería él recibir la ayuda de Jenni para solucionar el problema y le había dicho que podía hablar no sé si con su gente, agente o alguien alrededor de ella. Lo que quería era que la dejaran en paz».

Putellas añadió que, después de que la madrileña fuese a hablar con Rubiales, esta les contó que él «no paraba de relatarle los hechos como si ella no los hubiera vivido en primera persona, que lo hiciera por sus hijas, que saliera a desmentir que no había consentimiento». La catalana destacó que Jenni ya no estaba enfadada, sino agotada —«Lloraba de agotamiento», recuerda—.

«Estaba triste y cansada»

Reconoció, además, que en el viaje había un «ambiente un poco extraño» entorno a Rubiales y su gente, todos situados en las primeras filas. Apuntó que vio reuniones y escuchó partes de conversiones como: «Esto se filtra mañana a la prensa y también explicaciones del momento de agarrarse sus partes [en el palco]».

Ya en el viaje de Ibiza, Putellas subrayó que Hermoso se acercó a ella antes de la celebración. «Se puso a llorar y decía ‘no sé qué hago aquí, no puedo más'», señaló. Por su parte, Codina reconoció que esos días vio «peor» a su compañera. «Ya lo había asimilado, estaba triste y cansada. Fueron constantes veces las que fueron a hablar con Jenni», señaló.

La defensa del Arsenal, en su declaración, relató cómo Rivera (exresponsable de márketing de la Federación) le insistió durante una comida —«más de dos o tres veces seguro, en menos de media hora»— para que cargase el móvil porque alguien quería hablar con ella. Esas presiones por parte de Rivera continuaron. Codina dice que, viendo el atardecer, se acercó «cinco o seis veces mínimo» para pedirle a Jenni que fuese a hablar con Albert Luque. Ella «se agobia y se pone a llorar otra vez», recordó. Fue Ana Ecube, amiga de la futbolista, quien bajó finalmente.

Así se enteraron del beso

Paredes reconoció que fue en el vestuario en Sídney cuando Jennifer le advirtió del beso. «Contó que Rubiales (...) le había agarrado la cara y le había dado un beso en la boca. Estaba un poco alucinada. Lo contaba mucho, como buscando saber cómo reaccionábamos el resto», expuso. «Lo primero que dice ella es: ‘¿Qué hago? Me ha besado. ¿Qué hago yo?'», explicó Laia Codina.

Remontándose al día de los hechos, Putellas recuerda que en el campo, justo antes de levantar el trofeo, la madrileña le contó lo sucedido. «‘Tía, me ha besado Rubiales'», expone que le trasladó, con «la cara un poco rara». La Balón de Oro reconoció que, en ese momento, le restó importancia, dando por hecho que se había producido en la característica confusión al no acertar cuando das dos besos.

Ya en el autobús, Jennifer volvió a sacar el tema. «Me enseñó el vídeo y le digo, ‘pensaba que había sido así'. Me dijo que no, que ‘me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?'», expuso.

Una amiga de Jenni desvela que Luque le dijo: «Rubiales devuelve muy bien los favores»

Este jueves también testificó Ana Ecube, amiga de Hermoso. Presente durante el viaje a Ibiza, su declaración poco difiere de las palabras de Paredes, Putellas y Codina. De hecho, amplió más detalles sobre las presiones.

Durante la comida reconoce haber vivido un momento incómodo. «No teníamos ni comida en la mesa cuando Rivera se acercó a Jenni y le dijo que estaban intentando contactar con ella. Jenni le dijo que no tenía batería, él le dijo ‘dámelo y te lo cargo yo'», contó. Rivera insistió tanto que la madrileña terminó dándole el teléfono.

En cuanto al episodio viendo la puesta de sol, desveló Ecube: «Vi que no iban a parar. Jenni estaba superada. Vi que la situación iba a ser muy hostil para ella. Rivera me dijo que Albert Luque estaba abajo, que bajase Jenni». Con el fin de proteger a la campeona del mundo, decidió ir ella. «Al principio era un tomo amigable. Le dije ‘no va a bajar, está muy nerviosa, la estáis agobiando'. Me dijo que venía en calidad de amigo y le dije que, si fuese amigo, entendería que ella necesitaba su tiempo», relató.

Ecube añadió que él siguió insistiendo en ver a Jenni y, según la amiga de la madrileña, zanjó: «Sabéis que Rubiales devuelve muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a Jenni ni a ti». «Le dije que yo ya tenía trabajo. Me pareció venderle mi alma al diablo. Daba a entender que, si Jenni le ayudaba, iba a tener un trato preferencial», expuso.

Un exdirectivo de la RFEF vio anormal la reunión en el despacho de Rubiales tras el beso

El exjefe de cumplimiento normativo de la Federación, Javier Puyol, tachó de «anormal» la reunión celebrada en el despacho de Rubiales de Madrid tras del beso. «Se puso en contacto conmigo Patricia Pérez y me dijo que quería poner una denuncia. Me entrevisté con ella y le dije que me formalizara la denuncia por escrito», dijo.

Puyol explicó que la reunión se desarrolló «en dos salas continuas con una puerta comunicada», e indicó que interrogó a todos los que intervinieron, a excepción de los que ya no tenían relación con la federación, entre los que ya se encontraban García Caba y Rubiales —dimitió en septiembre del 2023—.

Su informe concluyó que la situación «fue tremendamente normal», aunque había personas presentes que tuvieron «una posición pasiva y no tienen ningún tipo de elemento presuntamente coactivo a Patricia Pérez», y que le sorprendió que se abriese un expediente de Integridad y no de cumplimiento normativo.