Un «no show» de 22 personas en una jamonería de Perillo: «Nos quedamos con toda la terraza colgada y la comida preparada»
VIVIR A CORUÑA
El Cavamontes aceptó una reserva para 15 adultos y 7 niños que no solo no aparecieron, sino que dieron un teléfono falso y bloquearon al restaurante cuando intentó ponerse en contacto con el grupo
21 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Es uno de los mayores miedos de los hosteleros, y es normal, pues cada vez está más extendido el conocido como no show. Traducido: hacer una reserva en un restaurante y finalmente no aparecer. Son muchos los que en A Coruña y su área se han plantado medidas alternativas para evitar pérdidas. Ahí está Atípico, en la céntrica calle Oliva, que cambió el sistema de funcionamiento de su restaurante y ahora les solicita el número de tarjeta a sus clientes cuando piden mesa; también cantidad de chiringuitos este verano decidieron atender solo sin reserva, y en Quintela, una taberna cercana a los Cantones, directamente ni tienen teléfono porque no contemplan guardar mesas.
En Cavamontes, una jamonería de Perillo, siguen el modelo tradicional, atendiendo llamadas y gestionando reservas. Sin embargo, hace unas semanas sufrieron un varapalo que quizás les obliga a cambiar de estrategia: se quedaron compuestos y sin clientes por una reserva de 22 personas que nunca llegaron a aparecer.
Lo contó el gerente del local, Luis Longhi, en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. «Llamaron unos cuatro días antes de la reserva para pedir mesa para 22 personas. Mari, que es quien suele atender el teléfono, les pidió el nombre y un teléfono de contacto, y justo se fijó en que estaban llamando desde un número acabado en 88 y el que dieron fue el mismo pero que terminaba en 99, y la verdad es que nos pareció raro y luego descubrimos que no existía». Pese a todo, mantuvieron la reserva y se pusieron a organizar. «Les dejamos toda la terraza trasera, porque aunque cabe alguna mesa más, como nos dijeron que eran 15 adultos y 7 niños, así podían estar tranquilos. Además, nos pidieron menús completos, así que dispusimos todo para tener la comida preparada para la cena del viernes».
Así las cosas, ese viernes («y nosotros, los viernes, siempre llenamos», aclara) dejaron toda una jugosa terraza libre para este grupo de gente. Gente que no solo no apareció por el Cavamontes, sino que cuando intentaron volver a localizar a la persona que había llamado, «se había quitado la foto de perfil de WhatsApp y luego nos bloqueó». «Es la primera vez que nos ocurre algo así, parece incluso hecho a mala fe. Nos ha pasado con mesas de cuatro mesas y que a lo mejor te avisan a última hora, pero no así».
Ante la pregunta de si van a emprender alguna medida legal, Longhi confiesa que no tienen claro si denunciar o no, «estamos esperando a que nos diga el abogado cómo actuar», indica.