Los nuevos emisores de fluido, más eficientes y fáciles de instalar, se imponen como una alternativa segura y sostenible
19 nov 2025 . Actualizado a las 16:48 h.Con la llegada del frío, muchas familias se replantean cómo calentar sus hogares de forma eficiente y segura. Aunque durante años la calefacción eléctrica fue vista con recelo por el coste de la luz, la realidad actual es muy distinta: los avances tecnológicos, la apuesta por la energía renovable y la mejora en los materiales han convertido a este sistema en una alternativa moderna, sostenible y fácil de instalar.
Luis Muñoz, gerente de Distrelec, lo resume con claridad: «Durante años se demonizó la calefacción eléctrica por el miedo al precio de la luz, pero la situación ha cambiado. Hoy es un sistema competitivo, estable y con muchas ventajas frente a otras energías como el gas o el gasóleo».
La compañía fabrica emisores térmicos de fluido —radiadores eléctricos de última generación— que destacan por su durabilidad y bajo consumo. «Ofrecemos un producto industrial de fabricación nacional, con hasta 20 años de garantía tanto en la chapa como en las pérdidas de fluido. No tiene nada que ver con los productos de bajo coste», subraya Muñoz.
Una de las principales ventajas de estos emisores eléctricos es su facilidad de instalación. No requieren obras ni intervención en el sistema eléctrico de la vivienda. «Funcionan con potencias de entre 1.000 y 1.500 vatios, lo mismo que un secador de pelo, y basta con enchufarlos a una toma de corriente», explica. Solo hay que colgarlos en la pared, y en pocos minutos la vivienda empieza a calentarse.
Esta sencillez no solo reduce costes, sino que permite trasladar el sistema a otra estancia o vivienda si fuera necesario. Además, al no depender de calderas, tubos ni revisiones anuales, el mantenimiento es prácticamente nulo. «Podemos decir que no tienen mantenimiento», añade Muñoz, recordando los riesgos y revisiones que conllevan los sistemas de gas.
La innovación también ha transformado el rendimiento de estos aparatos. Los nuevos radiadores incorporan aluminios con mejor inercia térmica, lo que significa que se calientan rápido y conservan el calor durante más tiempo. Los fluidos interiores, aceites especiales de alta estabilidad, mantienen sus propiedades durante años sin necesidad de altas potencias. «Hoy estos emisores son un 30 % más eficientes que los de hace una década», afirma el experto.
A ello se suma el control digital y remoto. La mayoría de los modelos actuales incluyen programadores y conectividad wifi, que permiten ajustar la temperatura desde el móvil o adaptar el funcionamiento a los horarios del hogar. «El usuario puede encender o apagar el radiador a distancia, consultar la temperatura real y evitar consumos innecesarios», explica Muñoz.
La calefacción eléctrica está recuperando terreno tanto en viviendas urbanas como rurales. En las ciudades, muchos usuarios apuestan por sustituir el gas ante la subida de precios y las restricciones ambientales. En el entorno rural, donde la red de gas no siempre llega, la electricidad se presenta como una alternativa limpia y compatible con sistemas fotovoltaicos. «Con paneles solares puedes alimentar estos aparatos y aprovechar las energías renovables para calentar tu casa», destaca Muñoz.