Un vendaval llamado Leiva hace las delicias del muelle de A Coruña

Rubén J. García / C. P. G. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El artista madrileño causó sensación con su gira «Tour Gigante 2025»

13 jul 2025 . Actualizado a las 00:27 h.

Con el cartel de «entradas agotadas» y la expectación por las nubes, Leiva volvió a la carga y no defraudó. Tras la actuación inicial del grupo argentino Conociendo Rusia, llegaba el turno para un artista madrileño que, pese a empezar con quince minutos de retraso respecto a la hora prevista (22.30), hizo valer la tan ansiada espera. Acompañado de sus músicos «de siempre», Leiva saltó al escenario de un muelle de Batería de A Coruña a rebosar. Lo que no sabrían los allí presentes es que, tras una hora y cuarenta minutos de música, la palabra «gigante», que da nombre a su último disco, se quedaría corta para definir una noche única e inolvidable. Una infección de garganta, que el propio artista reconoció haber padecido a lo largo de la semana, no impidió que se dejase cuerpo, voz y alma para deleitar a los asistentes al recinto portuario.

Enmarcado dentro de su Tour Gigante 2025 y con la colaboración de la productora Bring the Noise, bajo el paraguas del Coruña Sounds, Leiva desembarcó en la ciudad herculina para exponer los nuevos (y ya exitosos) temas de su sexto álbum, Gigante, estrenado el pasado 4 de abril. Aunque recientes, canciones como Bajo Presión —con su ya reconocible «ya no hay dragón ni adrenalina...» — o el propio «a veces noto un temblor…», de Gigante, sonaron con fuerza entre los asistentes, que ya coreaban de memoria las nuevas letras cargadas de emoción, desgarro e historias de vida del artista madrileño.

En este concierto, que forma parte de una gira con 30 fechas únicas en España, Leiva ofreció un repertorio de su extensa y consolidada trayectoria. El Leiva de siempre, enfundado en su habitual outfit, con su icónico sombrero, encontró el equilibrio y supo reservarle un espacio a aquellos grandes clásicos que forman parte de los recuerdos de toda una generación. Con su reconocible y profunda voz, junto a la sencillez y cercanía de su puesta en escena, entonó Leiva el ya mítico Terriblemente cruel, que continuaba haciendo las delicias de un público entregado que, como si de tener Superpoderes se tratase, se sumergía con la música del artista madrileño.

Con un «Boas noites Coruña», Leiva hacía una pequeña pausa para recordar el paso de los años, «los buenos tiempos vividos» y agradecer a su público el esfuerzo y la entrega con los que siempre lo han seguido. Prosiguió con temas como Ángulo muerto para, instantes después, hacer una llamada a los espectadores para que apagasen sus móviles durante unos minutos. Un silencio sepulcral se adueñó del muelle de A Coruña. Pero Leiva lo llenó de vida con su Vis a vis, sellando un momento imborrable de comunión con sus fans.

La traca final llegaría, como ya es costumbre, con temas de su etapa en el dúo Pereza. Como lo tienes túEstrella Polar O Princesas. Y, como no, el «de Málaga a La Coruña» de su Lady Madrid. Himnos que pusieron el broche de oro a un concierto gigantesco. Un vendaval llamado Leiva pasó, disfrutó y conquistó el muelle de A Coruña