
Hace poco más de un año anunciábamos que Chus Martínez Pérez, una vecina (ya no, y desde hace años) de O Couto-Ponteceso, se convertía en conservadora jefe del Museo del Barrio de Nueva York, que está dedicado a la cultura latinoamericana. Un espacio de referencia para los artistas, como se puede comprobar ojeando las revistas y las webs especializadas, y que significaba un paso adelante para esta comisaria nacida en 1972 que ya tenía una buena trayectoria detrás, destacando la responsabilidad en la Documenta 13 de Kassel (Alemania), conservadora jefe del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, directora de la Sala Rekalde de Bilbao y del Frankfurter Kunstverein de Fráncfort, en Alemania.
Pues bien, a todos estos lugares habrá que añadir en breve uno más, porque Chus, licenciada en Filosofía (especializada en Filosofía) e Historia del Arte, deja El Barrio. Lo anunció, como suele ocurrir en estos tiempos, a través de su cuenta de Twitter, pero también el propio museo se refirió a una «oportunidad profesional que no podía dejar pasar». Ella aludió en la red social a «un excitante nuevo trabajo», cuyos detalles comentaría en breve. Tal vez porque su dimisión todavía se hará efectiva a finales del próximo mes.
Lo curioso del caso es que este tipo de decisiones, que para el lego pueden resultar absolutamente inadvertidas, han tenido un extraordinario eco en la prensa neoyorquina, especialmente (claro está) en la de la divulgación artística, que no es poca. Incluso en un blog del Wall Street Journal se refieren al cambio con espacio notable. En Art in America, por citar otro, una especialista en Latinoamérica declara que siente mucho que el museo haya perdido a «alguien tan importante para la comunidad latina como Chus». Poco tiempo, en efecto, pero por lo que se ve y lo que se lee ha dejado huella. Solo queda desearle suerte en su nuevo cometido, tal vez de manera directa, si es que ahora que llega la Navidad aprovecha el parón para acercarse por aquí. O, si no, más adelante.
Chus es uno de los nombres de la Costa da Morte que más alto han llegado en Nueva York (y alrededores), donde existe una nutrida colonia emigrante de la zona, especialmente de Cee, Fisterra, Dumbría o Carnota. Alta, pero seguramente menor que la de otros tiempos. Como curiosidad, basta echar un vistazo a la alineación del NY Galicia, un equipo de fútbol de la división Metro 2, cuyo segundo entrenador es Javier Sande Lago. Entre sus jugadores hay apellidos como Antelo, Blanco, Caamaño, Formoso, Pego, Rey o Roel. Seguro que no son casualidades.