El desenclavo de Eiroa, que ya fuera tirado por un coche en el 2001, se rompió en numerosos fragmentos
27 ene 2025 . Actualizado a las 11:15 h.A su paso por Barbanza, la borrasca Herminia derribó uno de los cruceiros más singulares de la comarca y de toda Galicia. Se trata de una pieza que reproduce un desenclavo en la parte superior, formado por media docena de pequeñas esculturas de piedra. Está situado en la parroquia de Barro, en Noia, y data de 1879. El viento tiró el pilar por completo, que quedó sobre el suelo convertido en numerosos fragmentos y un montón de arenilla.
El suceso tuvo lugar la noche del domingo y, nada más tener conocimiento del mismo, la Concellería de Cultura contacto con la arqueóloga municipal, Ana Filgueiras Rey, con el fin de que diera instrucciones sobre los pasos a seguir. El edil responsable de este departamento, José Pérez, explicó que se contactó con una empresa especializada de Vigo, que está previsto que acuda al lugar en la mañana de este lunes para retirar las piezas y guardarlas en un lugar seguro.
El desmoronamiento del cruceiro causo gran consternación entre los vecinos de Barro. José Pérez explicó que fueron varios los que la noche del domingo contactaron con él, interesándole por la recuperación de la histórica pieza. En este sentido, el concejal de Cultura aseguró que el Concello hará todo lo posible para restaurar la obra artística. Pese a que quedó dividida en una docena de fragmentos, el edil confía en que sea factible reconstruirla y devolverla a su lugar.
El cruceiro de Eiroa ya pasó hace 24 años por un episodio similar. Entonces fue un coche el que se empotró contra el pilar, derribándolo. Pese a que había quedado dividido en muchos trozos, en menos de un año era devuelto a su lugar de origen para alegría de los vecinos de la parroquia, tras una intervención que costó unos 17.000 euros. A petición de los residentes, el Ayuntamiento construyó posteriormente un muro alrededor de la pieza para protegerla. Pero el pilar no resistió el fuerte viento que sopló el domingo y acabó cediendo, ocasionando graves daños en una pieza única.