El presentador David Cantero, gallego de adopción: «Todos los años estoy impaciente por llegar a Muros»
MUROS

El comunicador, que visita habitualmente la localidad de Muros, ha contado su insólita infancia: «Oficialmente era un bastardo, mi madre era una prostituta, y mi padre, un militar bajo riesgo de ir a prisión por adulterio»
05 jun 2025 . Actualizado a las 17:44 h.El presentador David Cantero se considera a sí mismo un gallego más. Al igual que el pianista James Rhodes se ha quedado encandilado por las tierras del noroeste peninsular, el que fue durante varias décadas presentador de los informativos de Telecinco se ve a sí mismo también como un «gallego de adopción». «Todos los años estoy impaciente por llegar a Galicia», le ha confesado el comunicador a Alex Fidalgo en su pódcast Lo que tú digas, «es uno de mis sitios favoritos del mundo».
Cantero veranea todos los años en Muros. Cada año, sin falta, pasa en la localidad de la provincia coruñesa al menos una quincena. «Lo necesito», dice. De ahí que lo que primero nació como un plan simplemente estival se haya extendido también a otras épocas del año. «Si en invierno podemos hacer una escapada, también». Aquí, en esas aguas bañadas por el Océano Atlántico y la ría, se siente como un vecino más. «Hago vida en Muros, la gente me conoce, noto que formo parte», destaca, sin perder nunca la perspectiva: «Como veraneante, claro, que Muros cambia mucho en verano y en invierno».
Su peculiar infancia en Madrid
David Fernández Cantero, realmente, nació y creció en el barrio de Moratalaz, en Madrid. Su infancia no fue precisamente la más típica para un niño, como confesó este mismo lunes en el programa radiofónico Herrera en COPE. «Oficialmente era un bastardo, mi madre era una prostituta, y mi padre, el pobre, era un militar bajo riesgo de ir a prisión por adulterio», reveló sin medias tintas en la entrevista.
En realidad, su madre había trabajado como azafata durante un tiempo, y considera que era una mujer muy moderna para su época. El apelativo que usa se debe al escándalo que supusieron las circunstancias de su nacimiento. Su padre, cuando la dejó embarazada, era un hombre casado y con cuatro hijos. «Conoció a mi madre, se enamoró y me tuvieron a mí».
Eso era 1961. Y supuso todo un escándalo para la época. En la familia de su madre, de origen más bien rural, se tomaron muy mal el embarazo. Por varias razones: porque el padre de la criatura era mucho mayor que ella y porque, en opinión de la parte materna, «era un pijo».
Su progenitor, por su parte, sentía la presión por todas partes. «Ante el panorama que se presentaba tras el embarazo de mi madre, ya con una mujer, que era de la alta sociedad madrileña, y cuatro hijos, salió huyendo», contó Cantero. «Dijo: "Me voy al Congo Belga, que aquella guerra seguro que es menos peligrosa que la que tengo en casa"», bromea ahora el comunicador. Aunque lo del lugar al que se fugó no es ninguna exageración.
En su mente de niño, llevó la situación mejor de lo que cabría esperar. «Lo llevaba muy bien. Me pareció una historia novelesca», dice.
No conoció a su padre en persona hasta los 5 años, pero se comunicaba con él constantemente. A veces, llamaba por teléfono desde África, y en una ocasión también les mandó una grabación en vinilo en la que les decía a él y a su madre lo mucho que los quería y los echaba de menos. Les contaba también la difícil situación que vivía en el Congo Belga con la guerra.
Todavía recuerda de manera vívida el momento que conoció a su padre en su regreso de África. La emoción de su madre, que «estaba como que flotaba», y su primer contacto físico con su progenitor. «Recuerdo cuando lo abracé, cómo olía, cómo era su voz, que era muy particular», rememora sobre ese momento que califica de «muy hermoso».
Supo de la existencia de sus hermanos unos años después, cuando tenía entre 7 y 8 años, momento en el que conoció a uno de ellos, Luis. Ahí supo que tenía tres hermanas y un hermano. Y también una abuela, residente en el distrito de Salamanca en Madrid, y a la que llegó a conocer en alguna ocasión.