Tal vez hablar

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

Megabau 2024. Pedro Armas, presidente de la CIUG y presentador del acto, echó a un perro-robot del escenario donde se homenajeaba a la «inteligencia natural
Megabau 2024. Pedro Armas, presidente de la CIUG y presentador del acto, echó a un perro-robot del escenario donde se homenajeaba a la «inteligencia natural M.M.

18 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Estás cansado de tener miedo. Y de estar siempre enfadado. El mundo te despierta cada mañana ofreciendo como desayuno tu ración de radicalización, especialmente programada para fijarse en tu hipocampo gracias a unos algoritmos bien engrasados que saben qué retumba en tu mente. Yo estuve ahí. Mi espiral descendente fue la inteligencia artificial.

Todo lo que llegaba a mi móvil eran noticias de expertos, de ingenieros, de filósofos que predecían las (altísimas) probabilidades de que la máquina, una vez alcance la inteligencia artificial general, nos destruirá. No como un demonio que nos odia sino como un niño que en la playa tumba curioso un castillo de arena.

El camino del infierno está asfaltado de buenas intenciones. Un inteligentísimo equipo de programadores dirá: «La hemos diseñado para que la humanidad no vuelva a sentir tristeza». Podría deducir la IA que la tristeza es inherente al ser humano, y que por tanto para eliminar la tristeza lo más lógico es acabar con el humano. O no, ¿cómo intuir qué pensará un robot con una potencia intelectual un billón de veces superior a Einstein?

Esto no va de cerrarse al mundo, no va de saber si seremos destruidos antes por la máquina, la ideología o la religión. Va de entender qué parte de nosotros dejamos en manos de quien está programando ese futuro. Sí, podemos seguir alimentando la psicosis exponencialmente en las redes sociales. O podemos apagarlas un rato y comprar un cruasán. Tal vez hablar dando un paseo por Coroso, que el mar nos recuerde que lo humano siempre empieza allá donde se termina el ruido.