Dani Abalo: «Está claro que no se cumplieron los objetivos, y está claro que cuando no se cumplen es un fracaso»

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El director deportivo del Arousa achaca la pésima temporada del equipo en su primer año en el puesto a un problema grupal, y dice sentirse ilusionado para continuar y confeccionar un nuevo proyecto en A Lomba

14 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Era su primer año como director deportivo y su sueño de construir un Arousa campeón se tornó en pesadilla. Dani Abalo analiza los porqués. 

—Ni título de Liga y ascenso directo ni plaza en la promoción. El presidente ha calificado la temporada del equipo de desastre ¿Cómo la valora usted?

—Sí. Está claro que no se cumplió ningún objetivo. Y está claro que cuando no se cumplen los objetivos la temporada es un fracaso.

—¿Cuáles fueron las razones de este fracaso?

—Bueno. Que no salieron las cosas desde un momento en el que el equipo pegó un bajón, empezaron a ponerse complicadas, se fue a remolque durante todo el año, y el equipo no sacó después esa garra y esas ganas de sacar esto adelante. Creo que al final sí lo hizo, lo intentó, pero no pudo ser.

—En un club que desde la llegada de Manolo Abalo a la presidencia había hecho gala de la estabilidad en el banquillo, el equipo ha pasado este curso por las manos de tres entrenadores. Dos balas de plata, y agua.

—Sí. Creo que tanto Perú como Lemos estuvieron bien. Creo que fueron capaces cada uno con sus cosas de darle un poco la vuelta a la situación del equipo, pero está claro que al final no se consiguió el objetivo que se esperaba.

—¿Quizás habría sido mejor cambiar a dos o tres jugadores en el mercado de invierno?

—Bueno, en su momento, con el entrenador que estaba en ese mercado se decidió que no hacía falta cambiar más que el jugador que se cambió. Se reforzó con dos jugadores que creíamos que eran oportunos, Tafa, que por desgracia se lesionó, en una posición que para nosotros era importante reforzar, y creo que eso nos perjudicó un poco; y Hugo, que creo que fue un acierto, porque estuvo muy bien. En ese momento el entrenador no veía claro fichar más, y yo evidentemente en ese momento lo respaldé, porque los entrenadores son los que al final saben la plantilla y los jugadores que tienen. Y también el Arousa es un club que, como dijiste, respeta mucho a los entrenadores, y siente también respeto por los contratos de los jugadores. En ese sentido, creo que se hizo también lo correcto porque, al fin y al cabo, no creo que fuese tan descarado para en el mercado de invierno tener que prescindir de tres o cuatro jugadores. Me parece ahora, a toro pasado, fácil decirlo, pero en aquel momento no se veía tan fácil.

—Como encargado de la confección de la plantilla, ¿qué grado de responsabilidad se atribuye en la trayectoria del Arousa?

—Yo está claro que toda. Como todos. Aquí somos todos un equipo, desde yo que confeccioné la plantilla, los jugadores, que son los que están en el campo, los entrenadores que pasaron. Al final, todos tienen ese grado de implicación, que es lo que nos toca. Cada uno tiene que saber en lo que falló, asumirlo, y ser conscientes de que no se estuvo a la altura.

—¿Alguna lección con la que se quede usted?

—No sé. Creo que a principio de temporada todos estábamos de acuerdo en que se había hecho un gran equipo. Pero al final, cuando no salen las cosas, y yo estuve en equipos así, donde había grandes jugadores y las cosas no salían, a veces pasa, y pasa bastante, es una pena. Más que individualizar cosas o a culpar a nadie, creo que fue todo un poco grupal. No encontrarse bien todos anímicamente, o moralmente, eso fue un poco lo que pasó este año. De ahí que en casa también nos costara un poquito más.

—¿Decepcionado con alguna de sus apuestas?

—No. Las apuestas siempre se hacen con la mayor ilusión y pensando que eran lo mejor para el equipo. Al final son años y situaciones en las que las cosas no salen, y tampoco hay que decir que se está decepcionado con nadie ni que falló nadie. Creo, repito, que fue más algo grupal que individual.

—Y ahora, ¿qué planes tiene para la próxima temporada? ¿Toca revolución o una simple reforma?

—No sé nada todavía. Esto está muy reciente. Mañana (por hoy) tenemos que vernos todos para despedirnos, e imagino que aprovecharé para hablar con el presi y ver qué ideas tiene, y a partir de ahí empezaré a darle vueltas a todo si quiere que continúe, claro.

—¿Pero se ve en el nuevo proyecto?

—Si el presi confía y sigue apostando por mí, pues claro. Sería ahora mismo feo por mi parte decir que no me vería. Porque al fin y al cabo, es un proyecto que me ilusionó mucho al principio y en el que sigo ilusionado y con muchas ganas de conseguir el objetivo. Está claro que este año no salieron las cosas como quería, pero la ilusión la tengo intacta.