«YMCA», del orgullo gay a la investidura de Trump

YES

¿Himno LGTBI o emblema MAGA? La más popular canción de los Village People, utilizada por Donald Trump en su campaña, ha conseguido una nueva vida 40 años después en el público contrario al de sus orígenes

31 ene 2025 . Actualizado a las 08:57 h.

Fue una sorpresa para muchos encontrarse a los Village People cantando YMCA sobre el escenario de la toma de posesión de Donald Trump mientras el presidente bailaba su icónica coreografía a su manera. Por lo que todo el mundo sabía, este temazo había sido siempre un inapelable emblema LGTBI. Pero ¿lo era realmente? No vamos a afirmarlo categóricamente para evitar una demanda. Porque Victor Willis, uno de los compositores del hit y cantante de la banda —el que se vestía de policía—, asegura que «no le va a temblar la mano a la hora de denunciar a todos los que afirmen que esta canción es un himno gay». Así de tajante es.

¿Hemos sido engañados entonces? Como todo en esta vida, depende. De a quién se le pregunte e incluso de en qué momento se haya preguntado.

La génesis del tema estaba más clara antes que ahora. Hay algo irrefutable: que su título alude a la Young Men’s Christian Association —son sus siglas—, una organización cristiana global de ayuda a jóvenes que ha dado cobijo durante décadas a chavales a los que animaba a participar en actividades comunes.

Pero al parecer, esas actividades no eran siempre las que se esperaría de una entidad que tiene como apellido cristiana. Y de ahí venía, supuestamente, la coña de la canción de la banda. También otros de sus temas, como Macho Man o In the Navy («En la Marina»), bromeaban con esos lugares que eran muy masculinos o puritanos, pero en los que la presencia y actividad gay estaba a la orden del día.

Eso es lo que mantienen, al menos, varios de los componentes de la banda, como David Hodo —el que hacía de obrero— o Randy Jones —el vaquero—, que, con versiones diferentes, alegan que esa insinuación estuvo ahí desde el principio. El título del disco era poco sutil: Cruisin —que tanto se usa para ir a dar una vuelta como para encuentros sexuales entre homosexuales— ya animaba a sus seguidores a buscar esos dobles sentidos.

Pero más recientemente, Willis lo negó por completo. Eso o que él no se había enterado. «Aparentemente, se usaban los centros de la YMCA como lugares de encuentro gay, y algunos componentes de los Village People eran homosexuales», buscó como explicación. Pero él se empecina ahora en que, por mucho que se diga, la canción nunca había tenido esa intención.

Donde dije digo...

Tampoco es que nos podamos fiar mucho de Willis, porque no se caracteriza por su coherencia. Empezó primero amenazando con demandar a Trump si seguía usando tanto esta como Macho Man en campaña, y hasta lo calificó de «dictador». Ahora, en cambio, lo arropa en su investidura.

Tiene sus razones. YMCA se ha colocado cuarenta años después de su lanzamiento en lo más alto de las listas de reproducciones. Y ni Willis ni sus compañeros le hacen ascos al bonito sonido del dinero.