¿Pero crecen orquídeas en Vigo?: Sí, y de diez especies diferentes

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

Cedida

Una de las zonas donde mejor se dan se salvó al cancelarse una construcción

13 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Pero… ¿hay orquídeas en Vigo? Quizás les sorprenda que la respuesta sea que sí, y además, relativamente comunes. Siempre las imaginamos como especies exóticas asociadas a zonas tropicales, pero es un prejuicio cultural derivado seguramente de los ejemplares más llamativos que solemos ver en las floristerías.

En realidad, nuestras amigas ocupan prácticamente todo el planeta y las podemos encontrar incluso en los desiertos, siendo el frío extremo de los polos el único límite que encuentran, de momento, aunque esto va cambiando y no es una buena noticia que las orquídeas cada vez se acerquen más al Polo Norte y la Antártida. Es una evidencia más de los efectos de la emergencia climática.

Su variedad es enorme y todavía no suficientemente conocida. La ciencia ha descrito ya unas 25.000 especies diferentes, pero se estima que faltan muchas más todavía por descubrir. Con semejante familia es evidente que podemos encontrar entre ellas todos los hábitats, tamaños, formas y colores imaginables. Lo más llamativo, y es el ejemplo de su extraordinario éxito evolutivo, es el pétalo modificado que tienen en la parte inferior de la flor (labelo, para los íntimos) y que cumple una función fundamental: servir de cómoda pista de aterrizaje para los insectos que les permite acceder al interior de la flor en el que a su vez encuentran refugio. De esta forma, las orquídeas forman una simbiosis perfecta con los polinizadores, llegando incluso a la especialización con la que muchas flores adoptan la forma, color e incluso olor de una especie polinizadora concreta que incluye en muchos casos también a aves y murciélagos.

Pero no es solamente con los insectos con quienes mantienen una estrecha colaboración, también lo hacen con los hongos. Las semillas de las orquídeas carecen del alimento básico necesario para germinar, por eso deben asociarse con los hongos. En esta colaboración, el hongo facilita a la semilla y posteriormente a la planta los nutrientes que precisa para desarrollarse y a cambio la orquídea facilita al hongo los azúcares producidos por la fotosíntesis; por eso las orquídeas silvestres son complejas de cultivar. Esta relación beneficiosa para ambas especies (micorrizas, otra vez para los íntimos) aumenta también la capacidad de absorción de las raíces y, por lo tanto, garantiza una vegetación más saludable.

Como curiosidad, anoten que en su base tiene un doble bulbo que recuerda, con un poco de imaginación, a un paquete testicular por lo que se asociaban estas plantas a la virilidad, sin otra justificación que dicha similitud. De todas las especies que podemos encontrar en el término municipal —unas diez especies diferentes según la bibliografía botánica— la que resulta más común es la Dactylohriza elata, en galego Satirión corpudo o también orquídea de los arroyos (esto nos da una pista de que le gustan las zonas con humedad). Se trata de una planta que ronda el metro de altura, hojas de forma herbácea y un ramillete de entre 30 y 100 pequeñas flores en su parte superior de un delicado color rosa veteado con líneas blancas y la forma característica de este grupo de plantas.

En Vigo las podemos encontrar en distintas zonas, pero permitan que no aportemos detalles más concretos en interés de su conservación. Les daremos solo una pista genérica a modo de ejemplo: encima de donde se encuentra un buen grupo de estas orquídeas se quiso, no hace mucho, poner un macrocentro comercial que se las habría llevado por delante.