
El velocísimo canterano se despide del Dépor con un doblete (otro) a la carrera antes de irse a disputar el Mundial sub-20
19 sep 2025 . Actualizado a las 23:03 h.Sergio Arribas juega de prestado en el Huesca. Su pase pertenece al Betis, que lo cedió para foguearse en Segunda después de que Pellegrini le viera futuro en la máxima categoría. Tanta, que hace ocho meses lo alistó como titular en una cita liguera en Mallorca, de donde los andaluces salieron victoriosos e imbatidos. Al técnico chileno le convencieron las virtudes del central zurdo: velocidad y contundencia. Por poner en contexto a quién dio la noche David Mella.
El joven defensa burgalés fue el invitado sorpresa a la despedida del canterano. Ni el propio Arribas sabía de su papel en la fiesta del chaval de Teo. Se fue enterando sobre la marcha y por el rabillo del ojo, cuando detectó la sombra de lo que se le venía encima para complicar los que en algún momento pudo parecerle una cesión sencilla.
Al zaguero oscense, que ya había tenido un papel en el 1-0, perdiendo el duelo con Mulattieri antes de que el ariete diera con la red de carambola, le favoreció otra refriega del italiano. O eso parecía. Envió en largo Miguel Loureiro y el delantero blanquiazul se fue al suelo, embestido por Mangana, mientras el cuero pasaba de largo a bote vivo. Quedaban por detrás Arribas y el portero. Varios metros en desventaja, escorado a la derecha, arrancaba el 11 del Dépor. Iba emparejado con Julio Alonso, pero el lateral dejó de correr, convencido de que su compañero contaba con margen suficiente para neutralizar sin riesgos el ataque. La ignorancia es tan atrevida.
El extremo local esprintó, devorando metros de césped hasta sembrar una duda en la cabeza del último hombre del Huesca. Su frentazo fue tan tímido que la bola habría botado antes de llegar al meta de haberlo permitido Mella. La bota apareció antes que la hierba y el balón volvió a subir, superando a Dani Jiménez para convertirse en el segundo. Primero del canterano, que desde que se instaló en el fútbol profesional acostumbra a hacerlos a pares. Cuatro de los seis del curso pasado llegaron en forma de doblete. Nada ha cambiado esta campaña. Poseído por la prisa, ni siquiera esperó al intermedio para redondear la faena.
Lo último antes del descanso fue un tanto soberbio. Mismo autor, idéntico oponente; distinta factura. Intervino también Mulattieri, que sin marcar estuvo en todo. «Este es tuyo», le decía Luismi Cruz en la melé del 3-0. El andaluz fue el receptor de la prolongación por alto del ex del Sassuolo; pinchó la pelota en la frontal y levantó la cabeza. Vio a Arribas y vio (una exhalación), a David Mella. Corriendo, nada nuevo. Filtró el pase a la espalda del central y dejó a su socio mano a mano. Picadita, partido resuelto y a otra guerra. La del Mundial sub-20, que le roba al Dépor una bala en su pelea.