Alberto Sánchez se despide del Deportivo: la ilusión rota del trabajador incansable

A. S. / X. F.

TORRE DE MARATHÓN

Alberto Sánchez
Alberto Sánchez CESAR QUIAN

El portero pone fin a su etapa como blanquiazul y se marcha traspasado al Ourense CF de Primera Federación

16 jul 2025 . Actualizado a las 03:29 h.

El Ourense CF será el próximo destino de Alberto Sánchez. El Deportivo ha alcanzado un acuerdo este martes con el equipo de Primera Federación para el traspaso del guardameta. En la operación, el club blanquiazul se reserva un porcentaje en caso de una futura venta.

La marcha de Alberto Sánchez representa un sueño roto. El de un chico de Plasencia que aterrizó en A Coruña siendo juvenil y con la ilusión de llegar a ser algún día el portero titular del Deportivo.

En Abegondo progresó año a año hasta llegar al Fabril (previo paso por el Laracha), acumulando cincuenta partidos en el filial mientras alternaba convocatorias con el primer equipo. En la temporada 2022-2023, decidió salir cedido al Unionistas en busca de una mejora en su juego. En el cuadro salmantino disputó tan solo cinco partidos, pero el destino, siempre caprichoso, le guardó una bonita sorpresa. La expulsión del portero titular provocó que su primer partido fuese, casualmente, en Riazor.

En su vuelta a A Coruña contó finalmente con ficha en la primera plantilla que posteriormente logró el ascenso a Segunda. Con la promoción de categoría ya conseguida, Alberto tuvo la oportunidad de estrenarse por primera (y única) vez en partido oficial como jugador del primer equipo, en el empate a uno frente a la Real Sociedad B. Meses después, se sinceró en una entrevista para este medio: «Lo viví como cualquier canterano del Deportivo. Como un sueño cumplido. Después de tantos años de estar cerca, de ver que estaba a punto de jugar y que al final no se daba…».

Sin embargo, el curso pasado decidió regresar al filial en busca de minutos, disputando el playoff de ascenso a Primera RFEF con el brazalete de capitán en el brazo. «Venía de dos años complicados, con pocos minutos, y quería jugar lo máximo posible para crecer», apuntaba en noviembre a este periódico.

Su esfuerzo y dedicación han sido innegables, pero ocho campañas después ve cómo su trabajo no es recompensado y se marcha sin haber logrado su objetivo. El meta abandona el Dépor con la alegría del debut, pero también con la tristeza de no consolidarse como el guardián blanquiazul, pese a haber hecho todo lo que estaba en sus manos.