Una pradera bien implantada aporta proteína de calidad, reduce la compra de piensos y refuerza la sostenibilidad de la granja
En la ganadería, pocas decisiones impactan tanto en la rentabilidad como la siembra de praderas. De su éxito depende buena parte del forraje con el que se alimenta el ganado, la estabilidad de la ración y la autonomía de la explotación. Una pradera bien implantada aporta proteína de calidad, reduce la compra de piensos y refuerza la sostenibilidad de la granja.
«Una pradera bien hecha no es un recurso más: es la base de la rentabilidad y de la sostenibilidad», señala Laura Vázquez, Técnica de Producción Vegetal de Delagro, quien asesora a diario a los ganaderos en el campo.
Preparar el suelo: el primer paso hacia praderas productivas
El error más común es no dar al suelo la importancia que merece. Corregir el pH antes de sembrar es clave: sin ello, los tréboles no prosperan y se pierde proteína en la dieta del ganado.
Un análisis de suelo es barato y ofrece información esencial sobre pH, fósforo, potasio y necesidades de encalado. En este punto, productos como Blue Land, caliza enriquecida con bacterias desarrollada por Delagro, aportan un doble beneficio: corrigen la acidez y activan la vida biológica del suelo, facilitando que la semilla exprese todo su potencial.
La elección de semilla: garantía de productividad
Seguir utilizando “semilla de casa” puede parecer una forma de ahorrar, pero suele acabar en problemas: germinación irregular, presencia de malas hierbas y baja persistencia.
Las mezclas certificadas como Grass Go de Delagro aseguran germinación, persistencia y adaptación al clima, garantizando kilos de forraje y tranquilidad para el ganadero.
El calendario de siembra: cada día cuenta
Retrasarse en la siembra puede reducir drásticamente la producción: una semana en otoño equivale a un 15 % menos de forraje; en noviembre o diciembre, la pérdida alcanza hasta un 50 %.
Planificar con antelación, revisar la maquinaria y elegir la mezcla adecuada son pasos imprescindibles. Como recuerda Laura Vázquez: «Un error de pocos días se traduce en semanas de retraso en la producción. Quienes se adelantan siempre logran más kilos y mejor calidad de forraje».

El valor del purín: de problema a recurso estratégico
Durante años el purín fue considerado un problema, pero en realidad es un fertilizante natural muy valioso. Aplicado correctamente, aporta nutrientes esenciales y materia orgánica.
Hoy, gracias a productos como Blue Cycle, es posible aumentar su eficacia, reducir olores y mejorar el aprovechamiento en la pradera. Esta práctica se convierte en una gran oportunidad de ahorro y sostenibilidad.
Errores frecuentes que reducen la producción
Algunos fallos habituales siguen restando rentabilidad:
- Sembrar en seco o demasiado profundo.
- No calibrar la sembradora ni pasar el rodillo
- Compactar el suelo con maquinaria pesada.
- No vigilar la pradera en los primeros 20 días.
Descuidar estos detalles compromete la densidad, la homogeneidad y, en última instancia, los kilos de forraje que alimentarán al ganado.
Delagro: un socio estratégico para el ganadero
Cada parcela tiene sus particularidades y contar con asesoramiento técnico marca la diferencia. Delagro ofrece mezclas certificadas, fertilizantes y enmiendas específicas, además de herramientas digitales como Ferplan, que permite planificar siembras y abonados simulando escenarios futuros.
“El compromiso de Delagro es estar al lado del socio, aportando productos, tecnología y asesoramiento para que cada decisión sume productividad y sostenibilidad”, concluye Laura Vázquez.

Sembrar con cabeza es cosechar con tranquilidad
Invertir en praderas significa invertir en la estabilidad de la explotación. Una pradera bien hecha aporta más leche y carne, reduce la dependencia de insumos externos y fortalece la rentabilidad.
Sembrar con cabeza implica preparar el suelo, elegir semilla certificada, sembrar en el momento adecuado, aprovechar el purín y evitar errores básicos. Con el apoyo de Delagro, cada decisión en el campo se transforma en resultados tangibles y tranquilidad para el ganadero.