Como una estrella en la inmensidad de la galaxia de Star Wars, Andor se ha convertido, casi en silencio, en una de las grandes series del año desde la reciente llegada a Disney+ de su segunda y última temporada. Su historia es la de un héroe anónimo que se alía con una confabulación de rebeldes que luchan contra el rodillo absolutista y la oscuridad de un Imperio avasallador.
Su gesta ofrece drama y acción para todos, tanto para los profanos que no han seguido la historia que nació hace décadas de la mano de George Lucas como para los que sí lo han hecho y ahora van descubriendo, a cada paso, los pequeños guiños y personajes que hacen que cada pieza de este universo encaje a la perfección. Es también menos infantil que muchas de sus predecesoras y quizás la más redonda, que tiende, para quien quiera, una pasarela directa hacia Rogue One, una de las películas derivadas de la época reciente en este laberinto de precuelas y secuelas.
El personaje de Casian Andor, interpretado por Diego Luna, es, dentro de Star Wars, un secundario, a la sombra de la gran saga Skywalker en cuanto a mercadotecnia, pero se convierte en artífice de una divertida revolución contra el mal en una trama de espías con sello de autor. Si te cuentan que su creador es Tony Gilroy, el guionista de Jason Bourne, ya no quedan apenas excusas para no verla.