Compone desde que era muy pequeño y ahora estudia en Berklee: «Mi sueño es vivir de la música»
OURENSE

Alex Albertini Menor solicitó plaza en la presitigiosa universidad de Boston para ver si aquel era su destino y consiguió entrar
14 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Su vocación musical es algo innato. A los tres años Alex Albertini Menor quería que su madre le comprara una batería pero la ruidosa propuesta no tuvo la mejor acogida y en casa supieron canalizar esas ganas de aprender hacia el piano. El tiempo ha demostrado que no fue una mala decisión. Aquel chico que quería despertar a los vecinos con tambores y platillos es hoy alumno de una de las más prestigiosas universidades de música del mundo. Admite que tuvo muchas dudas cuando llegó el momento de elegir hacia donde dirigir su vida, pero le queda solo un curso para completar su formación y está feliz. Lo cuenta desde Los Ángeles, donde se encuentra ahora mismo haciendo prácticas en una discográfica, al tiempo que termina la grabación de su propio álbum.
«Llevo tocando el piano desde que tengo 5 años pero nunca he ido a un conservatorio. Recuerdo que intentaron matricularme, pero me dijeron que los primeros cuatro años no se tocaba ningún instrumento, que se aprendía música, y yo no estaba de acuerdo. Ahora me arrepiento porque hubiese aprendido muchas cosas que a día de hoy ya sé, pero porque las he aprendido en la universidad», recuerda para esta entrevista. Con todo, fue durante muchos años a clases particulares de piano y lo que empezó siendo una afición se fue convirtiendo poco a poco en una vocación. Desde muy joven empezó a componer sus propias canciones. «Sin tener ni idea de música, simplemente haciendo cosas que sonaban bien», cuenta.
Cuando estaba en Bachillerato, como muchos otros jóvenes de su edad, empezó a sentir la presión de tener que elegir. «No sabía si escoger ciencias o letras; estaba muy perdido», asegura. Le gustaban muchas cosas, pero no estaba seguro de ser bueno en ninguna de ellas, hasta que un día tuvo una idea. «Busqué cuáles eran las mejores universidades de música y me salió Berklee», recuerda. Decidió solicitar plaza en ese centro con sede en Boston (Estados Unidos) porque, si se la daban, significaría que aquel era su destino.
Se enteró de que lo habían cogido cuando estaba el último curso y, aunque ya no lo necesitaba, hizo las pruebas de acceso a la universidad, en las que sacó muy buena nota. Antes de eso, había tenido que pasar por un proceso de selección muy exigente al que lo sometieron desde el centro americano. «Las notas eran importantes, pero había una audición y yo la hice por Zoom. Me pidieron que tocara alguna pieza e interpreté una canción al piano que había compuesto yo mismo», recuerda. Aunque los examinadores no se lo transmitieron, desde el principio le pareció que les había gustado su composición, pero aquel era solo un paso.
La siguiente prueba era más técnica y ahí creyó que fallaría. «Las preguntas eran muy teóricas y yo al principio estaba intentando responderlas a voleo, a ver si acertaba, pero luego les dije la verdad: ‘No os voy a engañar, yo nunca he estudiado música’», les confesó. Temió que aquello fuera el fin pero aún quedaba una entrevista personal de quince minutos con una profesora y de nuevo optó por la sinceridad. «Le dije la verdad, que yo siempre había amado la música y que llevo escribiendo canciones desde que tengo edad para recordar», asegura.
Y así se fraguó una mudanza al otro lado del océano que se formalizó a mediados del año 2022. Recuerda que empezó el curso con mucha ilusión, pero cuenta que no tardaron en llegar las inseguridades: «Empecé a tener un poco de ansiedad porque allí todo el mundo es músico y me parecía que eran increíblemente mejores que yo. Pensé que quizás no me no me merecía estar allí». Suplió esa inseguridad con mucho esfuerzo. Se quedaba ensayando hasta altas horas de la madrugada y su empeño dio frutos.
Poco a poco, se fue adaptando. Hizo un grupo de amigos que mantiene y se metió en la producción musical, un campo que le encanta y del que tampoco sabía nada hasta entonces. «He aprendido muchísimas cosas en todo este tiempo y siempre tengo nuevos retos», cuenta. De cara al futuro, tiene claro a qué se quiere dedicar. «Mi sueño es poder vivir de la música», asegura.
Pasa el verano en la ciudad de las oportunidades: «En Los Ángeles todo el mundo es artista»
En estos momentos Álex Albertini reside en Los Ángeles, donde está terminando un álbum con unos amigos. «No parece trabajo porque a todos nos gusta mucho esto», asegura. Paralelamente, hace sus prácticas en una discográfica pequeña, otra ocupación que también le encanta, así que no siente que se esté perdiendo las vacaciones, un tiempo que en años anteriores aprovechaba para estar en Ourense y Pontevedra con su familia y amigos. Además, eligió esa ciudad porque quiere empezar a hacer contactos de cara al futuro. «Me queda todavía un año de estudios, pero estoy aquí conociendo gente y haciendo música y de momento está yendo bien», cuenta. La ciudad californiana es referente para la industria cultural y Álex quiere mudarse allí al completar su formación. «Aquí todo el mundo es artista, pero a mi me gustaría conocer a los mejores y poder aprender con ellos», asegura.
La ficha
Alex Albertini Menor nació en Ourense en el año 2004 aunque ha vivido casi toda su vida en Vigo, donde también estudió hasta su traslado a Estados Unidos. En el año 2022 hizo las maletas y se fue a estudiar a Boston, tras superar las pruebas de acceso a la prestigiosa universidad privada de música. Le queda un año para terminar la carrera. Su ilusión es vivir en Los Ángeles y dedicarse por completo a la música, que es su pasión desde niño.