El campus resume medio siglo de estudios universitarios en un libro

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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A la cita acudieron protagonistas de la historia del campus en sus distinta etapas y representantes de la sociedad ourensana
A la cita acudieron protagonistas de la historia del campus en sus distinta etapas y representantes de la sociedad ourensana MIGUEL VILLAR

El centro cuenta con más de cinco mil alumnos y medio millar de docentes

01 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El campus de Ourense cerró este viernes las actividades organizadas para conmemorar el medio siglo de historia de los estudios universitarios en la provincia. Lo hizo con un acto en la sala Emilia Pardo Bazán del Edificio de Ferro —el primero que se levantó exprofeso para albergar a la comunidad académica— que abrió el vicerrector con un llamamiento al orgullo de los ourensanos por lo avanzado en estas cinco décadas de historia. Francisco Javier Rodríguez Rajo repasó algunos de los hitos de la evolución que hicieron posible pasar de los 204 alumnos, 12 docentes y cuatro titulaciones de primer ciclo —el segundo había que hacerlo en la Universidad de Santiago— del año 74 al medio millar de profesores, los más de 5.200 estudiantes y un centenar de trabajadores de gestión y administración que se mueven hoy por aulas, laboratorios y servicios del complejo.

Rodríguez Rajo, que matizó que su propia experiencia vital y profesional está unida al campus desde que llegó a él como alumno, recordó a quienes estuvieron al frente del vicerrectorado en cada etapa. En ese repaso aprovechó para contar los cambios experimentados por este centro universitario bajo la tutela de cada uno; desde Jesús de Juana hasta él mismo pasando por Andrés Mazaira, Juan Francisco Gálvez, María Lameiras, Virxilio Rodríguez, Esther de Blas y Elena Rivo.

«Somos o froito do traballo de moitísima xente. E esa é a verdadeira riqueza deste campus: o capital humano que ten», sentenció el vicerrector cuando presentó el libro elaborado para resumir este primer medio siglo de historia que resume la del propio campus y la de cada una de las facultades y escuelas que lo conforman.

Datos para el orgullo

El vicerrector aportó durante su intervención datos sobre la actualidad del campus ourensano que, destacó, son un ejemplo del excelente trabajo docente e investigador que desarrolla. «Somos o campus que máis crece de Galicia, nos últimos anos, fomos o único que subiu en alumnado. Temos unha taxa de ocupación global do 105 %, o que indica a capacidade de atracción», señaló recordando que parte de ese atractivo está en la alta empleabilidad que se cifra entre el 90 y el 100 % en casi todas las titulaciones. «Non só somos capaces de reter talento, senón que o 60 % dos nosos alumnos veñen de fora da provincia e este ano temos 90 procedentes de países de tres continentes», citó. También habló de los proyectos internacionales en los que participan distintos equipos del campus ourensano y presumió de que en el año 2023, el último con datos estadísticos cerrados, captaron diez millones de euros para esta labor científica.

El acto, que estuvo guiado por integrantes del Aula de Teatro Universitaria y amenizado por el grupo de música Par de Par, contó con el rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa que destacó el poder de atracción de las titulaciones que se imparten en Ourense. «Está medrando nunha situación de dificultade para captar alumnos, e con investigación de altísimo nivel», dijo antes de asegurar que el futuro del campus «está asegurado e é brillante grazas ao traballo de todos».

Intervino también Xosé Manuel Cid, que fue profesor y decano de la Facultad de Educación y Trabajo Social, para recordar las primeras luchas por la universidad democrática «aberta ás clases populares, que ata ese momento tiñan difícil acceso a estudos superiores». Cid señaló que, medio siglo después, el nivel social o el género siguen siendo factores que condicionan el futuro y los estudios «pero de maneira máis sutil e subliminar». También habló Luís Pérez en representación del personal técnico, de gestión y de administración y servicios, que reivindicó el papel de estos trabajadores en el desarrollo de la institución académica y también el de las universidades públicas en la sociedad.

«Decían que para cuatro pelagatos que estudiarían, mejor darle becas»

El historiador Jesús de Juana fue el encargado de contextualizar el origen y el desarrollo del proyecto universitario en Ourense. El catedrático arrancó recordando la realidad social española que motivó el decreto de creación de los colegios universitarios, entre ellos el de Ourense, que fue el primer paso de una trayectoria no exenta de problemas.

Lo contó, además de con los datos, con su propia experiencia ya que él fue testigo de prácticamente todo ese medio siglo de trayectoria de los estudios superiores en la ciudad de As Burgas. De Juana, que comenzó su trayectoria como docente en el edificio del Posío cedido por la Caja de Ahorros para albergar los estudios del primer ciclo de las seis titulaciones que se implantaron en el colegio universitario, formó también parte de su dirección, estuvo en las negociaciones de la reasignación de las áreas gallegas a las tres universidades y fue el primer vicerrector del actual campus ourensano. Contó multitud de anécdotas, como la del traslado desde los locales de O Posío al conocido como Edificio de Ferro, el primero construido exprofeso que hoy acoge a la Facultad de Educación y Trabajo Social. «Duró tres o cuatro meses; pasamos todo el verano trabajando un montón de gente porque no había ninguna empresa en Ourense que estuviera especializada en una mudanza de estas características», dijo.

Recordó también la escasa confianza en el futuro universitario de la provincia que se respiraba en algunas reuniones en las que se debatía sobre el futuro académico. «En aquellos tiempos había gente aquí en Ourense que nos decía que para qué queríamos aquí un campus. Decían que era mucho mejor, para los cuatro pelagatos que iban a venir a estudiar, darles becas y que se fueran a Santiago», contó. «Imaginaos qué sería de esta ciudad tan envejecida si no tuviéramos, no ya los quinientos profesores, sino los cinco mil y pico chavales que compran zapatillas, que se toman los vinos y que llenan la ciudad de alegría», sentenció para reivindicar el factor dinamizador de la comunidad universitaria.

Los primeros alumnos

Bastante menor era esa comunidad en el primigenio colegio universitario en el que Maite Ansias retomó el primer ciclo de sus estudios de Pedagogía tras una primera experiencia en las aulas de la universidad compostelana. Explicó el sello que dejó en ella la experiencia tras el curso que había hecho en Santiago. «A experiencia alí foi a da formación tradicional, a das leccións maxistrais e a memorística, e ese non era o meu xeito de aprender», dijo. Recordó que en Ourense se encontró con una enseñanza más abierta y colaborativa. «Aquí a experiencia foi moi positiva dende o primeiro día tanto polo compañeirismo que se fraguou entre o alumnado como tamén polos docentes. Para moitos deles era tamén a súa primeira incursión no mundo profesional. Tiñamos poucos anos todos e outra forma de ver o mundo do ensino», dijo.

La reivindicación social para exigir el derecho a la formación universitaria

En varias ocasiones durante el repaso al medio siglo de historia de la formación universitaria se hizo alusión a la integración del campus en la vida de la ciudad y de la sociedad ourensana en la institución académica. Una simbiosis que, sin duda, tuvo su mejor exponente en el movimiento social reivindicativo que se materializó en la Plataforma pro Campus. Manuel González Lorenzo fue el encargado de hablar en nombre de este colectivo que fue capaz de aglutinar el sentir común hasta el punto de generar la mayor movilización ciudadana de la historia.

«Non nos consta que ningunha cidade do Estado se mobilizara tanto polo seu campus como o fixo Ourense», decía González, que agradeció la oportunidad de que la plataforma tuviera voz para dar su visión de este medio siglo de historia en este acto conmemorativo. Recordó la manifestación que reunió a 25.000 personas en 1994, las 33.000 firmas que se recogieron para una iniciativa legislativa popular o la batalla de los profesores de Físicas que, junto a muchos colectivos ciudadanos, lucharon por la titulación de Ingeniería Física. Recordó el trabajo detrás de las protestas y movilizaciones en distintos momentos de esa historia: la elaboración de estudios e informes que en ocasiones chocaban contra la insensibilidad de quienes debían tomar decisiones o las largas jornadas de negociación. Y recordó a quienes estuvieron abanderando esa lucha sin descanso, con un agradecimiento especial a Etelvino Blanco «que tivo un papel crucial, tanto nos esforzos de normalización da oferta presencial como da algo máis esquecida e desaproveitada oferta UNED», dijo.