Si uno es de donde son sus deudas, entonces Santi Abascal es más húngaro que español, bancos de Viktor Orbán mediante. De llegar las deportaciones masivas con las que él mismo sueña, a lo mejor esta barba con esta mirada de resignación acaba con la camisa abierta hasta el esternón en un avión con billete solo de ida a Budapest. El semblante del líder de Vox dice que Pedro lo ha vuelto a hacer. Para más inri, luego se vio en Roma con Giorgia Meloni. Qué bajón, Santiago ¿Estarás pensando en emigrar, visto lo que falta para el 2027? Eso explicaría la presencia de estas maletas y estas perchas, con menos ropa que una reunión de trabajo de José Luis Ábalos. Capitular. Es tan humano que hasta Donde Dije Pedro nos vino con el cuento de que sopesó, ejem, arrojar la toalla. Si esta procedía o no de una sauna lo investiga el inspector Feijoo ¿Se rendirá el líder de Vox?, ¿emergerán nuevas alianzas en el Congreso? «Tranquilo, Pedro, no te voy a dar ese disgusto», es como que estuviese diciendo Santi a su interlocutor, en un perfecto húngaro.