
Una experiencia práctica de autonomía estratégica en toda regla. Más allá de cuál sea la causa final del apagón, la parálisis del país por la falta de suministro eléctrico revela la enorme vulnerabilidad si no existe un sistema de respaldo eficaz basado en energías que permitan recuperar rápidamente la tensión y frecuencia del suministro y sistemas de almacenamiento de energía a gran escala, ya sea eléctrica como gas y carburantes.
Otro aspecto no menor es la necesidad de que haya interconexiones y más eficaces con Europa. Incluso suponiendo que sea cierto que se ha producido una gran oscilación en la red europea, el contagio hacia España debería haber sido mínimo, ya que el nivel de interconexión con el continente a través de Francia es de solo 2,8 GW, muy lejos del objetivo del 10 % de la potencia instalada en el 2020 y del 15 % para el 2030.
Que nuestra economía sea vulnerable a este tipo de situaciones no es algo que se pueda prever con exactitud, pero sí es necesario saber que puede suceder. Igual que sucede con cualquier catástrofe natural. No es algo muy distinto, en tanto en cuanto son eventos cuya probabilidad de que sucedan es muy baja, pero ocurren cada cierto tiempo. Por lo pronto, se ha llevado por delante buena parte de los aproximadamente 4.300 millones de euros que se generan de PIB diario, dada la paralización casi completa del país.
Ante cualquier episodio futuro similar, España tiene que armarse. Primero, con la mejor red eléctrica tanto de alta como de media tensión posible, porque el consumo eléctrico seguirá aumentando y con una extensión mayor de sistemas autónomos de autoconsumo se vuelve más imprevisible.
Segundo, con un mix de generación lo más diversificado y firme posible, con agilidad y flexibilidad para que puedan responder en cualquier escenario. Es fácil confiarse en la gestión de la red cuando en las horas centrales del día hay una gran cantidad de generación renovable. Se necesita tener siempre señales de precios, ya que no es solo medir el coste variable de generar (que en algunas horas puede ser 0 €/MWh) sino la disponibilidad, la firmeza o la recuperación de la inversión.
Tercero, desarrollar cuanto antes sistemas de almacenamiento eléctrico para dar estabilidad a las renovables en forma de centrales hidroeléctricas reversibles y baterías.
Cuarto, un desarrollo más rápido de las interconexiones con Francia, que permitan recibir de las redes europeas señales con un fin rápido de integración verdadera de los mercados eléctricos europeos.
Y, por último, no renunciar y potenciar el suministro de carburantes y gases que sean crecientemente renovables, para asegurar siempre y en todo momento el suministro, que es el principio más importante del sistema eléctrico nacional. Sin luz estamos vendidos. Y así lo hemos demostrado un día que parecía cualquiera del mes de abril.