
«Inquiokupa», un neologismo malintencionado
Quisiera manifestar mi indignación por la utilización del término «inquiokupa», un neologismo malintencionado que, lejos de describir una realidad compleja, sirve únicamente para alimentar el discurso del odio y la criminalización de personas vulnerables. Este término no es inocente ni neutro: busca deshumanizar a quienes atraviesan situaciones dramáticas, como no poder pagar un alquiler, y equipararles injustamente con ocupantes ilegales. No se debe legitimar etiquetas simplistas que estigmatizan la pobreza y la precariedad. Las personas que no pueden hacer frente a un alquiler no son delincuentes: son víctimas de un sistema que no garantiza el derecho a una vivienda digna. Por ello, insto a reflexionar sobre el lenguaje y el impacto que las palabras tienen sobre quienes ya sufren la exclusión y el desprecio de una sociedad cada vez más desigual. Alberto Domínguez.
El Día del Piano
Ayer se celebró el Día del Piano. ¿Y por qué? Porque el 29 de marzo es el día número 88 del año, y como ese instrumento tiene 88 teclas, el pianista alemán Nils Frahm decidió que la efeméride fuera ese día.
El piano es un instrumento musical armónico, clasificado como de cuerda percutida. Lo inventó Bartolomeo Cristofori alrededor del año 1700 y creó el primero en 1709, dándolo a conocer en la corte florentina de los Médici. Los primeros pianos tenían 85 teclas y fueron aumentando hasta llegar a las actuales 88. Este instrumento ha dejado un legado de pianistas y compositores muy famosos, como, Frédéric Chopin, Ludwig van Beethoven, Claude Debussy, Johann Sebastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart, entre otros. El piano es fundamental en la música clásica europea, el jazz, gospel, rock, blues, pop y otros géneros musicales occidentales, así como en el cine y la televisión. «La música es el único camino hacia lo trascendente» (Mozart). Carla Álvarez del Valle (alumna de 1º ESO en el colegio Divina Pastora Franciscanas de Ourense).
¿Guarderías y universidad gratis?
La Xunta no gestiona bien el dinero público en dos cuestiones. Una es la gratuidad de las guarderías públicas y privadas para niños de 0 a 3 años. Entiendo que las ayudas o becas deben ser para las familias con ingresos bajos, pero no para todo el mundo. Un sobrino mío, notario, no paga nada por llevar a sus hijos a las guarderías. ¿Es esto normal?
Si esta política está dirigida a fomentar la natalidad, es equivocada: actualmente muchos jóvenes prefieren tener perros, no hijos.
Y con respecto a que la primera matrícula de una carrera universitaria sea gratuita, tampoco lo veo necesario, por lo dicho anteriormente. ¡Que proporcionen becas a los estudiantes que las necesiten! Beatriz Rodríguez-Vila. A Coruña.