Problemas con las aerolíneas
Últimamente me ha dado por pensar hasta qué punto las aerolíneas tienen problemas «no previstos» en cuanto a retrasos y cancelaciones se refiere. Es decir, casualmente, las últimas cuatro o cinco veces que he cogido un avión, este venía con un retraso de 2 horas y 59 minutos. Sí, exactamente 2 horas y 59 minutos. ¿Casualidad?
Para poder formalizar las denuncias y solicitar una compensación tienes que tener pruebas de que el vuelo superó las 3 horas de retraso. A partir de ahí, tras mucho papeleo y burocracia, podrás recibir una retribución económica dependiendo de los kilómetros entre el punto de partida y el de destino, entre otras variables.
Yo siempre estoy atenta a cuántos minutos exactos lleva el vuelo de retraso, sacando fotografías desde el aeropuerto o la ventanilla. Envío mensajes para que quede constancia de la hora, etcétera. Sin embargo, nunca he podido solicitar la compensación porque el tiempo no era el suficiente. ¿Serán a propósito los retrasos de las aerolíneas? Xulia Beiras. Vigo.
La huella del Camino
Desde que era niña paso los veranos en el pueblo gallego donde nacieron mis abuelos, O Pedrouzo, una de las paradas del Camino de Santiago. Recuerdo cuando venir al pueblo significaba paz y tranquilidad, y lo curioso que era ver la llegada de algunos peregrinos que buscaban descanso y conversación en la calma del lugar. En los últimos años esto ha cambiado. El turismo masivo ha llegado y la sencillez del pueblo ha dado paso a tiendas de recuerdos, albergues y bares, todo orientado a los turistas; muchos peregrinos parecen no mirar más allá, buscando solo diversión y una experiencia superficial, olvidando que el Camino es mucho más.
El Camino ha traído cosas buenas al pueblo: lo ha hecho crecer y ha dado nuevas oportunidades a sus habitantes. Pero ojalá no olvidemos la importancia de preservar la esencia de un pueblo, ya que el verdadero Camino es su gente y su autenticidad. Sara Urzainqui Sanjuas. Barcelona.
Supermercados y tercera edad
Un estudio de Cruz Roja de Galicia refleja la importancia que tienen los supermercados para las personas de la tercera edad, ya que no son solo puntos de compra, sino también de encuentro social. En ellos se topan con obstáculos como barreras físicas para acceder, mala disposición de los productos, poco personal para atenderles… Estas complicaciones hacen que se sientan cada vez más excluidas, hasta el punto de dejar de salir a comprar. ¿Debemos dejar que el márketing y los intereses comerciales se antepongan a la comodidad de este colectivo? Julia Sacristán.