¿Bravo por la música?

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

Taylor Swift, en los premios Grammy.
Taylor Swift, en los premios Grammy. Mario Anzuoni | REUTERS

27 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Alo mejor es el momento de marcarse un Peter Greenaway y, como él hace con el cine, proclamar que la música ha muerto. Taylor Swift llega a Madrid esta semana. Al Bernabéu habrá quien entre con pañales. Lo explican en redes sociales, se genera debate, hay quien lo defiende y quien es incapaz de entenderlo. Y sobre todo, mucho cachondeo. La anécdota de los pañales es una más sobre ese modelo de conciertos que ha ido imponiéndose poco a poco, con un sistema de venta de entradas que roza el monopolio, o por lo menos eso es lo que cree Estados Unidos. Han proliferado aquí y allá zonas vip, círculos dorados y parafernalia varia para que unos cuantos asistentes, previo pago, se sientan más especiales mientras el resto se pregunta dónde ha quedado ese sentimiento de pertenencia, de furor colectivo al levantar la vista hacia el escenario.

Hay conciertos con precios desorbitados, escandalosos, inalcanzables, que superan la cuantía de ayudas de protección social. Y, sobre todo, una continua lucha contra el FOMO, traducida en una anécdota que sin embargo ilustra muy bien qué ocurre cuando el capitalismo voraz clava sus garras en la creación artística: pañales. Pañales para no tener que ir al cuarto de baño. Llevar pañales a un concierto para no perderse ni un solo segundo de actuación.