






























La Praza de A Mosqueira acogió el acto de nacimiento del pueblo galaicorromano
15 jun 2025 . Actualizado a las 23:28 h.En un momento en el que las treguas escasean y las guerras parecen ganar terreno a la paz, los pueblos romano y castrexo dieron ejemplo en Lucus Augusti. Tras cuatro días de duelos, escaramuzas, fiesta y guiños, los dos pueblos se citaron en A Mosqueira con sus mandatarios al frente. Debían debatir el futuro de las tierras galaicas y lo hicieron, en un primer momento, a la gresca.
Intentaron los castrexos devolver a los romanos a Italia en un par de ocasiones, pero las fuerzas estaban igualadas y en céntrica plaza lucense, donde se debatió dominio territorial, parecía que el combate solo serviría para diezmar los dos bandos. Fue en esas cuando Paulo Fabio Máximo y el mandatario castrexo decidieron debatir.
El romano propuso una tregua y la paz a cambio de reconocimiento mutuo. Los castrexos tenían que admitir la superioridad de los invasores y las huestes romanas reconocerían a cambio el valor de los galaicos.
«A nosa terra xa bebeu sangue abondo», razonó el druida ante la oferta de paz romana. Y así, con poca discusión, llegó la tregua. En un pergamino cerraron ambas partes los detalles, comprometiéndose el imperio romano a respetar el modo de vida local, y ordenando Paulo Fabio crear un campamento y una futura ciudad a la que puso nombre: Lucus Augusti. Lucus en honor al dios pagano Lugh, y Augusti en honor a Augusto. Un apretón de manos y el compromiso del mismísimo César zanjaron cuatro días de disputas.
Llegó luego una bendición de estandartes y un augurio: romanos y castrexos acabarían mezclándose y dando lugar al pueblo galaicorromano.
Toda esta representación, que siguió con interés el numeroso público que se congregó en A Mosqueira, fue uno de los actos de cierre de un Arde Lucus exitoso y bendecido por el tiempo. Luego llegó, el apagado del fuego sagrado, que sirvió para cerrar una edición que ya introdujo ciertas novedades que se consolidarán el próximo año.
En el 2026 llegará la edición número 25 del Arde Lucus y todos coinciden en que ha de ser especial. Pero esa será una historia que se escribirá el próximo año.
«No desfile da Ronda vías xente en todos sitios, non había ocos, era todo continuo»
Cuenta María José Pena, jefa del servicio de Xuventude del Concello de Lugo, que organiza el Arde Lucus, que la percepción que tiene es que esta 24 edición de la fiesta de recreación histórica ha sido todo un éxito y que ha superado en asistencia a las anteriores. «No desfile da Ronda, por exemplo, vías xente en sitios nos que outros anos non había. Non había ocos, era todo continuo», pone a modo de ejemplo.
Más allá de comparativas, lo cierto es que el Arde Lucus volvió a llenar de público las calles y los campamentos, y los cambios y las novedades fueron bien recibidas. «O cambio de localización do espectáculo da Ponte Romana ao prado funcionou moi ben porque era un lugar máis amplo e a xente vía moi ben, pero é certo que houbo que insistir porque había quen era reacio a moverse», explica.
El teatro de las asociaciones en la asamblea galaica, la animación de calle Lenda... a peregrinación o el Miúdo Arde funcionaron con éxito. «A concentración das actividades para nenos na Praza da Soidade foi un éxito, sempre estaba cheo», describe Pena, satisfecha también con la incorporación de los Xogos Panhelénicos, que quiere que se repitan el próximo año, igual que la Expugnatio que protagonizaron varias de las agrupaciones. «Algunhas cousas fixéronse este ano para probar, para ver como funcionan e pensando xa na vindeira edición», cuando se celebrarán los 25 años del Arde Lucus.