La mercería y tienda de tejidos Fildar de Monforte cerrará el mes próximo tras más de cuatro décadas en activo
21 ene 2025 . Actualizado a las 17:41 h.En marzo de 1982 abrió sus puertas en Monforte la mercería y tienda de tejidos Fildar, situada en la calle Doutor Casares. El veterano negocio no llegará a cumplir los 43 años de actividad ininterrumpida —aunque le faltará muy poco—, ya que cerrará a finales de febrero. Su responsable, María Luisa Díaz López, más conocida como Marisa —nacida en 1958 en la parroquia de Distriz—, ya tenía previsto jubilarse y cerrar la tienda el pasado noviembre, pero decidió esperar unos meses más ante los ruegos su clientela. «No me dejaron que cerrase porque tenía muchas peticiones para las comparsas de Carnaval y me pidieron que el negocio siguiese abierto por un tiempo», explica.
El Carnaval ha sido tradicionalmente uno de los períodos de mayor actividad de su tienda. «Al llegar esta época se formaban colas y parecía que aquí se regalaban las cosas, porque venía muchísima gente a comprar telas para los disfraces de las comparsas», dice. Además de los numerosos clientes de Monforte —continúa— también ha atendido a muchos otros de diversos municipios del sur de la provincia, como Sober, Pantón, O Saviñao... «También venían de O Barco de Valdeorras y el año pasado hasta de Xinzo de Limia», señala. «Venían aquí porque en la provincia de Ourense ya casi no quedan comercios de tejidos», añade.
Además del Carnaval, la Feira Medieval de Monforte también ha llevado a su tienda a un gran número de clientes en busca de piezas de tejido para confeccionar trajes de época. «Esos son los mejores momentos del año, pero en primavera y verano también viene bastante gente a comprar telas para los trajes de las comuniones y las bodas», apunta. El invierno, exceptuando el Carnaval, es el período de menor actividad.
«No hay sucesores»
Marisa Díaz apunta por otro lado que los negocios de este tipo son cada vez más escasos, no solo en la provincia de Ourense. «Es muy difícil que esto se mantenga, porque los que nos dedicamos a esta actividad estamos cerrando en todas partes y no hay sucesores», dice. La propietaria de Fildar, que ahora está liquidando sus existencias, ha ofrecido la tienda en traspaso, pero por ahora no pudo llegar a ningún acuerdo. «Vinieron varias personas a interesarse, pero les dije que trabajar en este ramo hay que saber de costura y la gente joven sabe poco de esto», agrega.
Además de vender piezas de tela, durante un tiempo también trabajó en confección con ayuda de una modista que cosía en su casa, en la planta superior del mismo edificio donde se encuentra la tienda. «En la costura me formé casi yo sola, porque querer es poder», afirma. Aunque en el instituto A Pinguela de Monforte se imparte un ciclo de confección y moda, de momento Marisa Díaz no ha encontrado a nadie para hacerse cargo del negocio mediante traspaso, por lo que supone que su cierre será definitivo.
La propietaria de la tienda reconoce que cuando haya cerrado echará mucho de menos esta actividad. «Mi clientela es prácticamente una familia y he atendido a varias generaciones seguidas, desde las abuelas hasta las nietas», dice a este respecto. «He trabajado siempre con la misma gente y si no fuese por esta gente no habría estado aquí todo este tiempo», concluye.