«Mi madre sigue viva»: el grito de auxilio del hijo de Natalia Nagovitsyna, la alpinista atrapada a 7.000 metros que no será rescatada

P. V. LA VOZ

INTERNACIONAL

Fotograma del vídeo que muestra a la alpinista Natalia Nagovistyna saludando a la cámara del dron
Fotograma del vídeo que muestra a la alpinista Natalia Nagovistyna saludando a la cámara del dron

Las autoridades de Kirguistán ha dado por concluida la operación para salvar la vida de la rusa, que se fracturó una pierna en el pico Pobeda hace 15 días

28 ago 2025 . Actualizado a las 17:14 h.

La historia de Natalia Nagovistyna no tendrá, salvo milagro, un final feliz. La alpinista rusa de 47 años, que lleva 15 días atrapada a más de 7.000 metros de altitud tras fracturarse una pierna en el pico Pobeda, la montaña más alta de Kirguistán, no será rescatada. Tras días de intentos, y la fatídica muerte del alpinista italiano Luca Sinigaglia intentando salvarla, las autoridades del país de Asia Central han suspendido el operativo y la han dado por muerta.

«Según el análisis de los datos obtenidos y teniendo en cuenta una combinación de factores, especialmente las condiciones climáticas extremas y las especificidades de la zona, no se ha detectado ninguna señal de vida en el lugar en el que se halla Natalia Nagovitsyna», ha explicado en un comunicado el comité de emergencia formado desde el 12 de agosto, el día en el que sufrió el funesto accidente. Las autoridades han calificado de «imposible» el rescate y los alpinistas locales aseguran que nadie ha sido salvado con éxito a tal altitud.

El hijo de la alpinista rusa, Mikhail Nagovitsin, de 27 años, defiende, en cambio, que su madre todavía está con vida. «Es una escaladora con experiencia, y está en buena forma», dice, «mi madre sigue viva, y pido que se reanude la búsqueda». Sus esperanzas se vieron respaldadas el pasado martes, cuando se difundió un vídeo grabado una semana antes con un dron que parecía mostrar a su madre, refugiada en una tienda de campaña ligera, que saluda a la cámara pidiendo ayuda. «Se ve claramente que siete días después de que se perdiera contacto con ella, todavía estaba llena de energía», indica, y pide incluso al Gobierno de Putin que medie para demostrar que su madre todavía no ha muerto.

Pero las autoridades de Kirguistán descartan tanto su supervivencia después de 15 días como la operación de rescate. Las condiciones son extremas. Las temperaturas rozan los 30.º grados bajo cero, con potentes nevadas y fuertes ráfagas de viento. El pronóstico del tiempo, además, desaconseja el vuelo tanto de helicópteros como de drones debido a la inestabilidad prevista. Y la montaña, considerada una de las más peligrosas del país, es técnicamente compleja, con una larga historia de tragedias debido a los peligros de aludes o el terreno inestable. Calculan que harían falta al menos 20 rescatistas para socorrer a la alpinista accidentada.

Al parecer, el 12 de agosto, Nagovitsyna estaba comenzando el descenso de la montaña cuando se resbaló y se fracturó una pierna. Uno de sus últimos contactos con otras personas fue solo unos días después de su accidente. Varios compañeros montaron un campamento un poco más abajo, con sacos y víveres. Al día siguiente, le llevaron provisiones: un saco de dormir, comida, agua y un hornillo de gas para aumentar sus opciones de supervivencia de cara a una posible mejora meteorológica. En su segunda subida para llevarle ayuda, el italiano Luca Sinigaglia, de 49 años, falleció a causa de un edema cerebral causado por las congelaciones y la falta de oxígeno. Su cuerpo sigue también allí, a casi 7.000 metros de altitud.

Solo un día después, el 16 de agosto, un helicóptero militar MI-8 intentó aterrizar sobre el glaciar para rescatar a la alpinista, pero el clima extremo los hizo descender de emergencia a los 4.600 metros y los rescatistas sufrieron un accidente que los envió al hospital.

Fue tres días después cuando un dron del Ministerio de Defensa de Kirguistán confirmó que Nagovitsyna seguía con vida. Los equipos de rescate hicieron todo lo posible por ascender en su ayuda, y llegaron a alcanzar los 5.800 metros. Desgraciadamente, no pudieron ir más allá. 

Una historia marcada por la tragedia

La cordillera Tian Shan y Natalia Nagovitsyna tienen ya una historia de tragedia. En un pico vecino, el Khan Tengri, la rusa perdió a su esposo Serguéi, que sufrió un infarto cerebral cerca de los 7.000 metros. En aquel momento, se negó a abandonarlo pese a las súplicas de los rescatistas. Fue ahí cuando conoció al italiano Luca Sinigaglia, el alpinista que acabaría perdiendo la vida por ayudarla.

Nagovistyna se refirió a este episodio en el documental ruso Quédate con Khan Tengri. Tragedia en la montaña. En aquel momento, la alpinista decía, en unas palabras ahora ominosas: «No tengo miedo a morir, sino a quedar impedida».