Trump desclasifica los archivos del FBI de Luther King pese a las reservas de la familia

E. PRADALES / M.B. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Martin Luther King Jr. en una imagen de archivo en Memphis
Martin Luther King Jr. en una imagen de archivo en Memphis Vernon Matthews

Los documentos salen a la luz en plena crisis de transparencia de la Casa Blanca

22 jul 2025 . Actualizado a las 22:05 h.

El Gobierno de Estados Unidos liberó este lunes más de 230.000 páginas de documentos relacionados con el asesinato en 1968 del líder por los derechos civiles Martin Luther King Jr., conforme a una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump. Aunque la desclasificación se publicitó como un acto de transparencia histórica, las reacciones por parte de la familia del activista y organizaciones de derechos civiles pusieron en entredicho el momento y la motivación de la medida, que muchos interpretaron como una cortina de humo de la Administración Trump para desviar la atención del caso del pederasta Jeffrey Epstein y calmar tensiones en el movimiento MAGA (Make America Great Again).

Los documentos, vinculados en su mayoría a la investigación del FBI, la búsqueda internacional del presunto asesino, James Earl Ray, y testimonios de su entorno carcelario, habían estado sellados por orden judicial desde 1977. Su publicación fue presentada por el Departamento de Justicia como resultado de «meses de colaboración». La fiscala general, Pamela Bondi, aseguró que «el pueblo estadounidense merece respuestas» sobre «el horrible asesinato de uno de los mayores líderes de la nación», mientras algunos de los seguidores más fervientes del presidente continuaban pidiendo su dimisión después de no desclasificar los archivos sobre Epstein.

Reacciones a la medida

Alveda King, sobrina del activista, acompañó a Bondi en el anuncio, elogiando directamente a Trump por «cumplir su promesa de transparencia». Sin embargo, ese entusiasmo no fue compartido por los hijos de King. Bernice King y Martin Luther King III emitieron una declaración conjunta que evitaba toda mención al presidente, y advirtieron que los archivos debían analizarse «con empatía y respeto por el duelo de la familia», subrayando que King había sido blanco de una campaña «depredadora» del FBI, con el fin de desacreditarlo y destruir el movimiento por los derechos civiles. La familia reiteró, además, sus dudas sobre la autoría de Ray, sugiriendo la participación de «conspiradores anónimos, incluidas agencias gubernamentales».

Por otro lado, el King Center, fundado por Bernice King, fue más allá: «Es lamentable y fuera de tiempo, dado el sinnúmero de problemas urgentes que afectan a la sociedad estadounidense», señaló, sugiriendo que la publicación de los documentos servía para desviar la atención de otras crisis. La Southern Christian Leadership Conference, organización cofundada por Martin Luther King en 1957, se opuso a la publicación, argumentando que los archivos eran «registros de la vigilancia ilegal del FBI a King».

La coincidencia con el veto presidencial a la publicación de una carta de Trump a Epstein en el Wall Street Journal aumentó las sospechas de la instrumentalización del legado de King incluso dentro de los seguidores republicanos más devotos.