Hamás acepta negociar la tregua en Gaza, pero exige que no se vuelva a los combates
INTERNACIONAL

La milicia ha consultado con sus facciones el alto el fuego de sesenta días y dice que el resultado es «positivo», mientras que Trump vaticina ya que el acuerdo se cerrará la próxima semana
05 jul 2025 . Actualizado a las 15:50 h.Hamás aceptó en la noche del viernes negociar la tregua de 60 días propuesta por Estados Unidos en Gaza. Un funcionario de la organización islamista declaró bajo condiciones de anonimato que la oferta es «positiva y debería ayudar a alcanzar un acuerdo», según comunicó a la agencia Reuters. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sigue este sábado sin pronunciarse al respecto, pero el que ha hablado en las últimas horas ha sido el presidente Donald Trump, en plena celebración del 4 de julio. «Me parece que van a aceptarlo», comentó a bordo del Air Force One aunque ha reconocido que «todavía no me han informado a fondo» sobre la postura de la milicia. El magnate ha vaticinado que el pacto se cerrará la próxima semana.
La respuesta está ya en manos de los mediadores de Catar y Egipto y ha sido trasladada también a la Casa Blanca, donde Trump la esperaba con impaciencia. El mandatario quiere firmar el acuerdo el próximo lunes, durante la visita que hará Netanyahu a Washington, aunque es cierto que todavía quedan «cambios menores» por resolver, según fuentes próximas al grupo islamista precisaron al sitio de noticias Ynet. El hecho de que la milicia acepte negociar la propuesta estadounidense no significa que haya accedido a aplicar automáticamente el alto el fuego, aunque algunas fuentes creen que las conversaciones entre los dos rivales y los mediadores están avanzadas como para poder consumarlo.
Entre las cuestiones que la organización islamista quiere garantizar, la fundamental es que no habrá un retorno a las armas después de los 60 días de tregua; lo que equivale a acordar un final de la guerra sobre el que Israel ha sido reacio hasta el momento. Para la milicia, sin embargo, esta garantía adquiere una importancia tal que se la exige por triplicado a EE.UU., Egipto y Catar.
También ha solicitado que las tropas que ocupan el 75 % de la Franja regresen a las posiciones acordadas en el alto el fuego anterior, es decir, un repliegue a lo largo del corredor Filadelfia paralelo a la frontera con Egipto. La milicia pide asimismo que la ayuda humanitaria retorne a su mecanismo de distribución original.
Las reivindicaciones no son baladíes. El Gobierno hebreo se ha negado reiteradamente a aceptarlas, aunque el Canal 12 de televisión informó de que los israelíes ya esperaban algunas demandas en esta línea y se habrían avenido a acercar posturas durante las conversaciones posteriores. El propio Trump anunció la semana pasada que será «firme» con Netanyahu.
Doble presión
Gaza, mientras tanto, se desangra a la espera de un alto el fuego susceptible de abrir las puertas a un final negociado de la guerra entre Israel y Hamás. Han pasado más de veinte meses de combates y Donald Trump dijo el viernes que la respuesta de la milicia debería llegar «en las próximas 24 horas». Posteriormente, los islamistas anunciaron a través de un comunicado que habían iniciado las consultas «con los líderes de las fuerzas y facciones palestinas en torno a la propuesta» que le entregaron en El Cairo los países mediadores. «El movimiento presentará una decisión final después de que finalicen las consultas y la anunciará oficialmente», explicó la organización en una jornada cargada de incertidumbre en la que todos los ojos se fijaron en cuál podría ser su posible respuesta. La respuesta llegó al filo de las diez de la noche (hora española) mediante un escueto comunicado.
Trump se habría comprometido «a que las negociaciones sobre los términos para poner fin a la guerra continuarán incluso después del alto el fuego temporal y que hará todo lo que esté a su alcance para ayudar a las partes a llegar a un acuerdo sobre los términos de un alto el fuego permanente», según informes del Canal 12. El presidente norteamericano es, por lo tanto, garante de una negociación seria para que las armas callen de maneras definitiva.
Trump moderó en sus últimas intervenciones su discurso sobre el futuro de la Franja, no hizo alusión al plan de levantar allí la «Riviera de Oriente Medio» o de tomar el control del territorio palestino con tropas estadounidenses y se limitó a decir que «quiero que la gente de Gaza esté segura. Es lo más importante». Una visión que no molesta a sus aliados árabes, que miraban mal la posibilidad de expulsar a los dos millones de gazatíes, sobre todo jordanos y egipcios, de la Franja.
57.268 personas han muerto en Gaza desde el 7 de octubre de 2023
El inquilino de la Casa Blanca está impaciente por conseguir un golpe de efecto casi consecutivo al del bombardeo estadounidense sobre los complejos nucleares de Irán. Quiere presentar el alto el fuego como una victoria de su gestión y lo quiere hacer el lunes, cuando reciba a Netanyahu en el despacho oval. Aparte de emplazar a Hamás a pronunciarse en veinticuatro horas, Trump ha apremiado insistentemente a sus mediadores para cerrar las diferencias entre los dos bandos.
Los países árabes también han apretado el acelerador: el fin de la breve guerra entre israelíes e iraníes el pasado 24 de junio es visto como una oportunidad para aumentar significativamente la estabilidad en la región si el Estado israelí soluciona el otro gran conflicto candente con Gaza.
Dos acciones inusuales
Netanyahu cuenta con la doble presión del presidente estadounidense y de su propia casa. El diario The Jerusalem Post dedicó su editorial a la posibilidad de lograr la tregua. Bajo el título Tras el éxito en Irán, así se puede acabar estratégicamente la guerra de Gaza, el diario de la ciudad santa explicó que «Netanyahu se enfrenta a un momento crucial: poner fin a la guerra con Hamás, traer a los rehenes de vuelta a casa y emprender un nuevo camino hacia la paz. Un alto el fuego puede conducir a la normalización regional, pero es hora de un liderazgo decisivo».
Netanyahu ha hecho esta semana dos cosas que nunca había realizado desde la matanza de Hamás del 7 de octubre del 2023: situar a los cautivos como prioridad y visitar el kibutz de Nir Oz, uno de los lugares más afectados en el asalto de los islamistas. Estos pasos indican su disposición a seguir el consejo de Trump y buscar el final a la operación en Gaza después de un intercambio que garantice el regreso seguro a casa de la veintena de rehenes que quedan con vida y la entrega de los cuerpos de los demás.
A falta de conocer más detalles sobre las negociaciones para el alto el fuego, los principales medios israelíes coincidieron en que la permanencia de Hamás en el poder es una línea roja para Israel. Altos cargos del Gobierno han puesto el desmantelamiento y desarme de la organización como condiciones para abordar el final de la guerra durante los dos meses de tregua.
El diario saudí Asharq News informó que los dirigentes de Hamás han mostrado «flexibilidad». Cita a altos cargos anónimos para asegurar que podría comprometerse a cerrar las operaciones de fabricación de armas en Gaza y aceptar el exilio temporal de varios de sus líderes. Hasta ahora esto nunca ha sido aceptado por el grupo islamista.
Israel señaló al comandante Izz al Din al Haddad como nuevo líder del ala militar tras la muerte de Muhammad Sinwar, hermano de Yahya, el cerebro de la operación del 7 de octubre. The New York Times asegura que el nuevo responsable «se opone firmemente a los esfuerzos israelíes para apartar a Hamás del poder, por lo que podría bloquear cualquier intento de liberar a todos los rehenes restantes antes del fin total de la guerra».