
El Supremo procesa al expresidente por liderar presuntamente el plan golpista
27 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Una turba compuesta por miles de seguidores de Jair Bolsonaro asaltó violentamente las sedes de los tres poderes brasileños el 8 de enero del 2023. Fue, según la Fiscalía, el último acto de un plan para desconocer la victoria del izquierdista Lula da Silva en las elecciones celebradas en Brasil dos meses antes. Ahora Bolsonaro será juzgado por liderar presuntamente a los conspiradores.
La sala primera del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil aprobó ayer por unanimidad procesar al expresidente ultraderechista y a otros siete militares, altos funcionarios y exministros por delitos como abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio, en una decisión insólita.
El juicio se sustenta en una denuncia de la Fiscalía General, que acusa a Bolsonaro de tener conocimiento de la existencia de un borrador con las acciones golpistas y haber presionado a las Fuerzas Armadas para romper el orden constitucional del país, algo que no se habría materializado por falta de apoyo entre los militares.
«No hay ninguna duda de que el denunciado Bolsonaro manejó y discutió el proyecto de golpe. Las interpretaciones del hecho se darán durante la investigación procesal penal», dijo ayer el juez instructor del caso, Alexandre de Moraes, que ha llevado varias causas contra el expresidente y es muy criticado por sus seguidores más acérrimos.
La Fiscalía asegura que la trama llegó a plantearse el asesinado de Lula, de su vicepresidente, el centro derechista Geraldo Alckmin, y De Moraes.
Bolsonaro, inhabilitado previamente hasta el 2030, calificó ayer como «graves e infundadas» las acusaciones en su contra, cree que los jueces tienen algo «personal» contra él y que el caso es un alarde de «creatividad».
«Un golpe tiene conspiración con la prensa, el Parlamento, sectores judiciales, sectores económicos, fuera de Brasil, las Fuerzas Armadas en primer lugar, la sociedad, empresarios, agricultores… nada de eso hubo», se defendió el expresidente en rueda de prensa. Sí admitió Bolsonaro haber discutido «hipótesis de dispositivos constitucionales» con los militares. «Eso no es un crimen», puntualizó.
Los excomandantes del Ejército y la Fuerza Aérea dijeron previamente a la Policía Federal que fueron consultados en diciembre del 2022 sobre si emplearían sus fuerzas en un golpe. Ellos se negaron, ante la supuesta aceptación del plan por parte del jefe de la Marina, también imputado ayer.