Elon Musk recuerda que retó a Putin a un combate cuerpo a cuerpo por Ucrania tras amagar con desconectarles Starlink
INTERNACIONAL

El dueño de Tesla y el ministro de Asuntos Exteriores polaco se enzarzan en bronca discusión en redes sociales, ante lo que se interpretó como una amenaza de desproveer a Zelenski de su tecnología
10 mar 2025 . Actualizado a las 17:25 h.Donald Trump se ha propuesto desde su llegada a la Casa Blanca acabar cuanto antes con la guerra de Ucrania. Sea como sea, y aunque ello conlleve tirar por tierra todo apoyo hacia el país presidido por Zelenski. Pero, como sucede en casi todos los temas que enarbola el presidente estadounidense, quien más los defiende día a día con fiereza en redes es su más fiel escudero, Elon Musk, que se ha visto envuelto en los últimos días en un rifirrafe público por esta cuestión con uno de los máximos mandatarios de Polonia, al que ha llegado a insultar.
La devoción de Musk por las decisiones de Trump sobre Ucrania le ha llevado a publicar varios tuits en los que se mostraba dispuesto incluso a aplicar sanciones a Ucrania si no termina con el conflicto. Concretamente, respondió primero a una publicación en la que un usuario pedía no dar «ni un centavo más» al país europeo. «Impongamos sanciones a los 10 máximos oligarcas ucranianos, especialmente a los que tienen mansiones en Mónaco, y esto parará inmediatamente», declaró el dueño de Tesla desde su cuenta oficial.
Otro usuario le afeó entonces su desmanes hacia Ucrania en los últimos tiempos mientras pasa por alto los excesos de Putin, recordándole que el agresor en esta guerra es Rusia y que Ucrania es la víctima. Musk se defendió entonces rememorando una de sus bravuconadas tras la invasión rusa del 2022. «Literalmente reté a Putin a un combate cuerpo a cuerpo por Ucrania», recordó como prueba el dueño de Tesla.
Se refería a un tuit que publicó en caliente, el 14 de marzo del 2022, apenas unas semanas después del inicio de los ataques rusos, en el que, con la mitad de texto en ruso y la otra mitad en inglés, lanzaba el desafío públicamente: «Por la presente reto a Vladimir Putin a un combate singular. Con Ucrania en juego», manifestó, y a continuación lo recalcaba, con mención a la cuenta oficial del Kremlin, con una pregunta en el idioma eslavo: «¿Estás de acuerdo con esta pelea?».
Muchos se lo tomaron a broma, pero él se lo reafirmaba frente a los incrédulos. «Lo digo totalmente en serio», le decía a una usuaria que le pedía considerarlo concienzudamente antes de lanzar un desafío de tal magnitud.
Con el recuerdo de este episodio, Musk pretendía testimoniar su apoyo incondicional hacia Ucrania en los primeros tiempos de la guerra, a pesar de que tal posición haya dado un giro hacia el lado contrario desde que Trump asumió la presidencia, cambiando radicalmente la política exterior de EE. UU. hacia el país atacado.
Musk continuó justificando su respaldo a Zelenski con su tecnología como evidencia. «Mi sistema Starlink es la médula del ejército ucraniano», defendió. «Todo su frente de batalla se derrumbaría si lo apago», reflexionó antes de pedir el cese de las hostilidades ante lo que considera «una picadora de carne».
La declaración de Musk, haciendo mención a la posibilidad de desconectar su sistema de comunicaciones Starlink, sonó para muchos como una amenaza por parte del dueño de SpaceX.
El ministro de Asuntos Exteriores polaco no tardó en reaccionar. Sin poder aguantar más ante la sugerencia de Musk, Radoslaw Sikosrki le recordó que «los Starlinks de Ucrania los paga el Ministerio de Digitalización polaco con un coste de unos 50 millones de dólares al año», y argumentó: «Si SpaceX demuestra ser no ser fiable como proveedor nos veremos obligados a buscar a otros prestatarios».
Musk no se quedó callado. Y, como ya viene siendo habitual, sin guardar en absoluto las formas. «Cállate, hombrecillo», despreció al alto mando polaco. «Pagas una fracción ínfima de lo que vale, y no hay sustituto para Starlink», le espetó con fanfarronería.
Fueron varios los que salieron en defensa del mandatario polaco. El parlamentario europeo checo Tomas Zdechovski entró en la discusión, dirigiéndose directamente a Donald Trump para poner bajo los focos el comportamiento de su consejero. «Señor presidente, ¿va a permitir de verdad que su asesor se comporte de esta manera y amenace a sus aliados? Es verdaderamente indignante», valoró.
También el primer ministro polaco, Donald Tusk, apoyó a su ministro. «El verdadero liderazgo supone respetar a los compañeros y aliados, incluso a los más pequeños y débiles. Nunca arrogancia. Queridos amigos, piensen en ello», declaró.
Fue el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el que vino a calmar un poco las aguas, aunque sin abandonar el tono bronco y despectivo que había demostrado ya antes Musk. Acusó al ministro de Exteriores polaco de inventarse cosas, asegurando que nadie había amenazado con dejar a Ucrania sin el servicio de comunicaciones. «Y da las gracias, porque sin Starlink, Ucrania habría perdido esta guerra mucho tiempo y los rusos estarían ahora mismo en la frontera de Polonia», agregó con cierta arrogancia.
Al margen del desconocimiento de la geografía política europea por parte de Rubio, ya que Polonia sí comparte 200 kilómetros de frontera con Rusia a través del enclave de Kaliningrado, situado en el mar Báltico, Radoslaw Sikosrki decidió acabar con el rifirrafe con un agradecimiento no falto de ironía al estadounidense. «Gracias, Marco, por confirmar que los valientes soldados de Ucrania pueden contar con el servicio de internet vital que proveemos conjuntamente Estados Unidos y Polonia», recalcó con satisfacción, tras lograr un compromiso manifiesto por parte de la administración de Trump.
Poco después, era el propio Musk el que prometía mantener el acceso ucraniano a su red Starlink. «Para ser meridianamente claro, a pesar de todos mis desacuerdos con la política ucraniana, Starlink nunca desactivará sus terminales», y se explicó: «Solo intentaba decir que sin Starlink, las redes ucranianas colapsarían, ya que los rusos pueden interferir en todos los demás canales de comunicación, pero nunca haríamos eso ni lo usaríamos como moneda de cambio».
Tras este desencuentro verbal a cuenta de la tecnología de Elon Musk, ya hubo un beneficiado, Eutelsat, operador de satélites franco-británico que podría plantar cara en el futuro a Starlink. La compañía se disparó en bolsa, llegando a quintuplicar su valor y añadiendo 1.000 millones de euros a la capitalización bursátil del grupo, que estaba en mínimos históricos. Aunque, como indican los expertos, la empresa europea no tiene todavía la capacidad de plantear una alternativa viable a los satélites de Musk.