
El cuadro vigués mejora en cada partido y en la segunda parte ante el Betis se pareció al equipo del curso pasado, pero le sigue faltando pegada y solidez
29 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Mal en el primer partido, mejoría en el segundo y un Celta muy reconocible en el tercero. Esta es la progresión del cuadro vigués desde el inicio del campeonato, un paso adelante que, por el momento, no le da para ganar: dos puntos de nueve y el intratable líder Villarreal a la vuelta de la esquina. El conjunto vigués comenzó muy mal ante el Getafe, estuvo a cinco minutos del triunfo en Son Moix y ante el Betis, se quedó a las puertas de la remontada. En los tres partidos le faltó pegada: dos goles marcados en diez tiros entre los tres palos y, por el contrario, recibiendo cuatro tantos en nueve intentos del rival. Por ahora, no ha sido capaz de mantener la portería a cero. Tampoco de exprimir el fortín de Balaídos, donde se han jugado dos de los tres duelos.
«La sensación con la que me quedo es que se nos van dos puntos, cuatro en estos dos últimos partidos», comentó Claudio Giráldez tras el duelo con el Betis, cita adelantada de la sexta jornada. En el segundo tiempo ante los de Pellegrini, el cuadro vigués recuperó todas sus señas de identidad: valentía y descaro con el balón sin mirar al rival, juego de ataque y llegadas al área. Al margen del gol, los vigueses tuvieron otras cuatro oportunidades claras que no llegaron a concretarse en el marcador. Por el momento, los delanteros siguen con la pólvora mojada y los dos goles fueron obra de dos teóricos carrileros como Javi Rueda y Hugo Álvarez, aunque el ourensano marcó cuando actuaba como verso libre por la franja central.
Atrás, continúan los males endémicos y el balón parado es el más longevo de ellos. Pasan las temporadas y los saques de esquina siguen siendo un dolor para el equipo vigués. El miércoles Marc Bartra remató a placer para adelantar al Betis en uno de los dos tiros a puerta de los verdiblancos en todo el partido. El otro lo sacó Ristic bajo palos. En tres partidos, el equipo vigués recibió cuatro goles con nueve tiros, lo que significa encajar un gol cada 2,2 disparos a su portería.
Frente a los números, emerge un aspecto para la confianza. El Celta se parece cada vez más al del año pasado, el que fue capaz de sumar 55 puntos y acabar séptimo. «Creo que estamos cerca de lo que nos gusta ser», indicó Borja Iglesias el día que estrenaba capitanía. Porque después de un primer tiempo en el que tuvieron que defender en bloque bajo, los vigueses fueron un ciclón en la segunda mitad, acaparando el balón y encerrando a un equipo del nivel del Betis en su propio campo. Los andaluces no tuvieron un solo tiro a puerta en todo el segundo tiempo pese a que Pellegrini metió en el campo a Bakambu, Chimy Ávila y Pablo García.
La pizarra de Claudio, un aspecto capital para este Celta, tuvo mucho que ver en el cambio. El de O Porriño ajustó la banda derecha, dándole todo el carril a Javi Rueda, colocando por dentro a Hugo Álvarez mientras que Óscar Mingueza se iba al costado izquierdo. El Betis, con sus estrellas desactivadas, no fue capaz de contrarrestar ese juego y se encomendó al sistema defensivo para evitar la primera remontada celeste del curso, que hace un año ya llevaba dos a estas alturas: ante el Alavés y el Valencia.
Recuperar el fortín
Por otra parte, el Celta ha perdido la consistencia que tenía como local y para vivir un año tranquilo, tiene que hace de Balaídos el mismo fortín del curso pasado. Por el momento, son dos partidos, con un empate y una derrota, resultados adversos que se unen a los del final de la temporada pasada, cuando el conjunto vigués perdió con el Rayo y el Espanyol y el empate con el descendido Las Palmas.
La última victoria como locales de los vigueses fue ante el Sevilla, jugando con uno menos, el pasado 10 de mayo y la penúltima ante el Villarreal, que llegará el domingo a Vigo como el rival a batir en un inicio de temporada espectacular. Una de las claves para que el Celta siga creciendo y tenga opciones de sumar su primer triunfo del curso será la recuperación de sus jugadores después del esfuerzo del miércoles y teniendo en cuenta que será el tercer partido en ocho días. Un ensayo para lo que le espera.