Para el celtismo, la vuelta de Iago Aspas fue una grandísima noticia. Todos sabíamos cómo habían ido las cosas fuera, tanto en Sevilla como en Inglaterra. Él no es cualquier jugador, se tiene que sentir importante, pero teniendo en cuenta el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas, había que ver cómo lo afrontaba, en qué condiciones llegaba y la realidad ha sobrepasado cualquier expectativa. Nadie pensaba que tuviera el recorrido ni el rendimiento que ha tenido.
Soy de los que creen que hay que conocer todas las caras de las circunstancias, las buenas y las malas. Cuando son todas buenas, a veces, te dejas llevar, pero las dificultades te ponen en alerta, sobre aviso. A veces hay que conocer la cara B de las cosas y aquellos dos años seguro que le sirvieron de mucho. En Inglaterra tuvo compañeros de una envergadura tremenda en un club de grandes dimensiones. Luego, sorprendió su poco protagonismo en el Sevilla con Emery, porque aquel equipo tenía buenos jugadores, pero como Iago no hay muchos, ya lo ha demostrado muchos veces.
Supongo que aquello le enseñaría a no ser tan impulsivo, a tener un poco más de paciencia, a templarse en momentos determinados... y luego, algo muy importante, es que él necesita a su gente y a su entorno, saber para quién juega y conocerlos, creo que eso es vital. Él siempre fue un niño muy celtista y a la hora de jugar, eso le ha dado la suficiente responsabilidad para afrontarlo, pero también el entorno le dio una calma que no tuvo en otros sitios.
Llegar al fútbol profesional es difícil, pero hay muchos jugadores que juega una temporada o tres y tienen un buen pico de forma, pero jugar tantos años es lo meritorio. Es complicado porque las expectativas sobre ti van cambiando, las circunstancias en las que compites también y tienes que saberte adaptar a tiempos buenos y malos.
Cuando analizamos los datos, que ahora están tan de moda, para mí lo más importante es ver lo que ha jugado por año. Porque si un futbolista tiene 35 partidos eso me dice que ha sabido convivir con un dolor de cabeza, con unas breves molestias y que ha sabido sobreponerse a un mal momento. Para mí es muy importante saber que hay jugadores que han sido capaces de mantenerse a ese nivel durante tanto tiempo y tan constantemente, aunque este año entró más en rotaciones, cosa que todavía tengo que entender, porque Iago no depende de su físico, depende de su cabeza.