Borja Iglesias regala la camiseta de la Reconquista del Celta a David Broncano

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RTVE

El céltico ha visitado «La Revuelta» este martes, reiterando que le gustaría seguir en Vigo la próxima temporada

30 abr 2025 . Actualizado a las 13:38 h.

Nuevo invitado celeste este martes en el programa de TVE La Revuelta, conducido por David Broncano. Tras C. Tangana y Marián Mouriño, le ha tocado el turno a un clásico de La Resistencia, el anterior programa del mismo equipo en Movistar, Borja Iglesias. Esta vez, ha acudido a una entrega del espacio grabada sin público y marcada por el apagón eléctrico sufrido en España el lunes, que dio pie al equipo a grabar lo que han llamado un programa de bajo consumo. «Abel (Caballero) lo habría pasado mal si le ocurre en Navidad. Imagínate, vaya lío», ironizaba el jugador cedido por el Betis al sacarle el tema de las luces popularizadas por el alcalde vigués.

No faltaron los regalos del compostelano la anfitrión. Iglesias le hizo entrega de una camiseta la edición especial de la Reconquista lanzada el pasado marzo, y aprovechó para anunciar, como luego confirmó el club a través de redes, que este miércoles se pone a la venta una tercera remesa después de que las dos primeras se agotaran en tiempo récord. Tampoco perdió Borja la oportunidad de dar a conocer el proyecto celeste Río -Raíces, Identidade e Orgullo- 1923, que definió como una iniciativa que quiere unir el fútbol y la cultura. 

El céltico subrayó, como ya viene diciendo, lo feliz que se siente en la etapa que está viviendo en el Celta y tras haber pasado hace un par de años por momentos no tan positivos. Y deja claro de nuevo que quiere seguir en Vigo: «Estoy en mi casa, en mi equipo de pequeño. Mi nivel de felicidad es muy alto», reconociendo que aunque se siente «un privilegiado» de hacer lo que hace y si juega y marca «ya es la hostia», también llegó a estar «desencantado» de la profesión. «Aunque tengo mis momentos, soy disfrutón. Hace mucho que estoy bien, muy contento», de lo que también tiene mucha culpa, sostiene, su pareja, María Valero.

 

Borja Iglesias abordó la actualidad del club y suya propia, con el reciente triplete frente al Barcelona que no sirvió para puntuar, pues los de Claudio Giráldez perdieron 4-3. «Soy el único jugador de la historia del Celta que ha hecho un hat-trick y no ha ganado. Encima, perdemos en el 97», recordaba mientras Broncano replicaba que a la gente no le gustan los héroes que lo son demasiado y eso lo hace más terrenal. «Lo bueno es que a los tres días volvemos a jugar y ganamos 3-0», de nuevo marcando él. Y bromeaba sobre el gol con el que su compañero abrió el marcador: «Me dieron asistencia cuando yo intenté rematar, la rocé un poco y la metió Fer (López). Y voy y le digo: ‘Vaya asistencia'. Él no sabía ni que le había tocado», relataba divertido.

Se refirió el delantero cómo disfruta «del día y a día» en el equipo celeste. «Me gusta mucho el ambiente del vestuario. Es más fácil contribuir a la dinámica del equipo que meter goles», decía preguntado al respecto por Broncano sobre si eso podría contribuir también al valor de mercado de los jugadores de fútbol. Mencionaba que lo ha pasado muy bien también en el Betis y con jugadores como Joaquín.

En cuanto a las preguntas clásicas de Broncano, señala sobre el dinero en el banco que tiene «un poquito más» que la vez anterior que visitó el programa, cifrando la cuantía «entre catorce y quince» millones de euros. Sobre las relaciones sexuales, sin dar datos, comenta que su pareja estuvo en el último mes quince días de vacaciones en Brasil. «Pero cuando estamos juntos, disfrutamos ben. Gran parte de la responsabilidad de que esté feliz la tiene María».

Y, tras el clásico final con balón cuando acuden futbolistas, Broncano le despedía recordando que es el «delantero de Europa preferido» de La Revuelta. El propio Borja se había ofrecido con ironía a ir de invitado cuando, a raíz de la muerte del Papa Francisco, habían hecho un llamamiento para contar con alguien del estamento eclesiástico: «A ver, yo soy Iglesias, no sé si os encaja», había escrito. Y acabó encajando.