La princesa Kalina de Bulgaria practica kung-fu en el monasterio Shaolin en el que ingresará su hijo Simeón
GENTE

La madre del príncipe, quien pasará cinco meses «siguiendo una disciplina y una filosofía espartana», se ha animado a sumergirse en un día en la cultura y la las artes marciales del monasterio
18 abr 2025 . Actualizado a las 13:07 h.La princesa Kalina de Bulgaria y su esposo, el explorador español Kitín Muñoz, han querido dejar claro su apoyo incondicional a los planes inmediatos de su hijo, el príncipe Simeón, que acaba de cumplir 18 años. El joven explicó hace solo un mes cuál iba a ser su futuro inmediato: ingresar en el célebre monasterio Shaolin para empaparse de la filosofía y las artes marciales del milenario templo chino. «Iré a la provincia de Henan, a unos 50 kilómetros al sudeste de Luoyang», contó en una entrevista a la revista ¡Hola!, «he sido aceptado por los monjes y viviré con ellos siguiendo una disciplina y una filosofía espartana».
Sus padres, sin pensárselo un momento, y para acompañar a su hijo en un momento tan trascendental, han viajado al templo, y no solo han visitado los lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ya destacables por sí mismos, sino que incluso se han animado a practicar, de la mano de los monjes y maestros del lugar, algunas de las técnicas de artes marciales de gran influencia en toda Asia.
Las fotografías de Kalina en la clase de kung fu, a las que ha tenido acceso en exclusiva la revista ¡Hola!, han corrido como la pólvora en las redes sociales. Aunque la decisión de la princesa de sumergirse por un día en la cultura y la disciplina del monasterio no resulta sorprendente. Tampoco la decisión de su hijo de tomar este nuevo camino en su vida. Por las venas de Simeón corre la sangre de su madre, que lleva años aprendiendo defensa personal y siempre se ha caracterizado por estar muy en forma, y la de su padre, conocido explorador científico y sociológico y defensor de los derechos aborígenes por todo el mundo.
Es una más de las vivencias únicas de Simeón. Ya ha convivido con las tribus saharauis, dormido desde los tres años en jaimas en el desierto del Sáhara o vivido en una playa desierta. El alma de explorador de su padre y la determinación de su madre. «Mi mujer Kalina es más dura que una estatua de la isla de Pascua; más valiente que los siete exploradores del rey Hotu Matua, de la leyenda Rapa-Nui. La Princesa no tiene miedo. Tiene ardor guerrero», dijo Kitín sobre su esposa.
Ambos le han inculcado tanto la importancia del ejercicio físico como la sensibilidad hacia otras culturas, tradiciones y formas de pensamiento. «Kalina y yo estamos de acuerdo con que conozca otras formas de pensar, de sentir y hasta de rezar. Todo buen explorador conoce el código: puede que no lo entiendas, pero lo tienes que respetar. Eso es el principio de todo», contó Antonio José Muñoz Valcárcel, más conocido como Kitín, a la revista.
La etapa de Simeón en el monasterio chino durará unos cinco meses, y después, el príncipe se unirá a su padre en una expedición bajo la bandera del Explorers Club de Nueva York, del que es miembro desde hace décadas. Tras acabar esta nueva experiencia, se presentará a las pruebas de acceso a los Boinas Verdes del Mando de Operaciones Especiales.
Después, todavía queda por cumplirle el sueño a su padre: viajar en una balsa prehistórica de juncos, en familia. Kitín lo tiene claro: «Los tres somos una buena tripulación».