
Apuntan a que esta terapia alternativa tiene un coste de casi 5.000 euros semanales, más unas inyecciones de 20.000 euros
24 mar 2025 . Actualizado a las 15:47 h.Desde que Carlos III anunció hace más de un año que padecía cáncer, aunque sin especificar ni la zona afectada ni la gravedad de la enfermedad, los rumores sobre su salud han sido constantes. Esto coincidió con el secretismo que rodeó el tumor que obligó a su nuera, la princesa de Gales Kate Middleton, y no hizo más que aumentar de manera exponencial las diversas teorías sobre cual es el alcance real de su enfermedad, cómo se encuentra realmente y qué tratamientos está recibiendo para paliarla.
Con esa falta de información por parte de su oficina de comunicación, las elucubraciones han sido muchas en estos meses. Y todas en la línea de que el rey Carlos III, no estaría haciendo caso a los médicos en cuanto a su salud. Esto lo dijo la propia reina Camilla hace tiempo. «No disminuirá el ritmo y no hará lo que le dicen», dijo el pasado mes de junio, lamentándose de que, aunque estaba «bien», no seguía los consejos de sus oncólogos a rajatabla.
Unos meses después, en otoño, Carlos III decidía interrumpir su tratamiento para viajar con la reina a Australia y Samoa, lo que causó cierta preocupación.
Ahora, la experta en casas reales Concha Calleja, aseguró en Fiesta que Carlos III habría pedido a sus médicos suspender el tratamiento de quimioterapia que estaría recibiendo, algo que nunca ha llegado a confirmarse oficialmente, para probar con otra terapia alternativa y sin base científica alguna que la avale. «Le han dicho los médicos que es peligroso, él ya lo defendió en el 2004, se trata de un tratamiento que se llama terapia Gerson, tiene que ponerse durante tres semanas, cada día un enema de café, una lavativa», explicó.
«Es una terapia que fue muy rompedora, no tiene base científica. Él mismo llegó a defender a una señora que tenía un cáncer terminal y se curó (...) Él le ha dicho a los médicos que quiere parar porque tiene que dejarlo para hacer este tratamiento alternativo, quiere hacerlo», agregó la periodista.
«Durante tres semanas cada día un enema de café, luego 13 zumos al día, el máximo de litros que pueda. Es una limpieza absoluta. Luego una inyección de extracto de bacalao y B12. El tratamiento le cuesta 4.900 euros a la semana y 20.000 euros las inyecciones que van a parte», detallaba.
Carlos III «está bastante grave»
Tras su asistencia a los actos por el 80 aniversario de Auschwitz, en los que participó junto a otros miembros de casas reales europeas, como los reyes Felipe VI y Letizia, aumentó de nuevo la preocupación por su verdadero estado de salud. «No sé cómo contar estas cosas de una manera delicada si te digo la verdad. Las informaciones que tengo, los detalles que he recabado...», decía la periodista Pilar Eyre en TardeAR.
«La realidad es que me indican que el estado de Carlos es bastante grave. No avanzan. En el caso de los comunicados que dan cuando hablan del cáncer de su nuera, Kate, dicen que está en remisión y sin embargo con el suyo dicen que siguen con los protocolos y que en este 2025 seguirá con los tratamientos», añadía. Según sus fuentes, la prensa británica conoce el verdadero estado en el que se encuentra el rey Carlos III. «No se dice. Él es el primero que quiere continuar con su agenda, incluso contraviniendo la opinión de los médicos. Concretamente el acto del pasado lunes le aconsejaron que no fuera porque era un día muy largo. Fue primero al centro judío en otro lugar, después se desplazó hasta Auschwitz. Todo en el mismo día», explicó.

Uno de los detalles que más se habría comentado es la forma de caminar del rey, de 76 años, «realmente renqueante». «Camina mal, tiene los ojos enrojecidos, va maquillado en las fotos. Todo lo que le rodea habla de que su estado es verdaderamente grave. De todas formas no lo vamos a saber hasta el final», afirmó Eyre. Lo que sí se sabe es que Carlos III, a pesar de la enfermedad, retomará su agenda completa de viajes al extranjero este año.
Eso sí, la periodista especializada en casas reales, descarta que vaya producirse algún cambio en la monarquía inglesa debido a la salud del rey, que lleva apenas unos años en el trono. «Recordad que su madre estuvo al pie del cañón hasta el último día. Dos días antes de morir estuvo recibiendo a la primera ministra y esta contó que la monarca no podía sostener ni la taza de té y que se había empeñado en levantarse y fotografiarse con ella», explicó sobre la fortaleza de Isabel II. «El sentido del deber que tienen ellos para una persona normal, al menos para mí, es incomprensible», añadió.
Y recordó que aunque al principio se dijo que la reina había fallecido por la edad que tenía, 96 años, el ex primer ministro Boris Johnson reveló en sus memorias que sufría cáncer y lo mantuvo oculto durante años. «Tuvo un cáncer de médula ósea muy doloroso. Tenía la parte baja de la espalda y la pelvis que no podía ni sentarse ni acostarse ni hacer absolutamente nada. Estaba medio ciega. Perdía mucho peso cada día que pasaba, se moría a chorros delante de los ingleses. Y aun así salió al balcón de Buckingham con unos dolores espantosos para saludar a sus súbditos. Y lo mismo hizo su padre, que tuvo un cáncer de pulmón. Tardó 5 meses en morirse y tampoco explicó nada», recordó.