William Reid, de Jesus & Mary Chain: «Nunca buscamos causar controversia, solo queríamos hacer lo correcto»

FUGAS

Fue el grupo que rompió los años 80 con su pop ruidista pasado de vueltas. Hoy llegan al Atlantic Fest de Vilagarcía de Arousa con el estatus de leyenda «indie»

18 jul 2025 . Actualizado a las 11:10 h.

Uno de los aspectos sorprendentes de la biografía oral de Jesus and Mary Chain Incomprendidos se encuentra en la normalidad con la que dicen que grabaron un disco tan transgresor como Psychocandy (1985), ajenos a cualquier impulso de rupturista. «Nuestra intención no era romper nada. Solo queríamos hacer la música que queríamos escuchar», insiste William Reid, guitarrista de la banda escocesa y hermano de Jim, el vocalista. ¿No pretendían activar una bomba en aquel panorama regido por formaciones como Wham!, Tears for Fears, Dire Straits y Eurythmics? «No, realmente no pensábamos en nuestra música como una respuesta a la de otros artistas, solo queríamos hacer lo nuestro», reitera. Pues para muchos de sus fans aquello fue su particular Never Mind the Bollocks, el disco que quebró los ochenta y los llevó a otro modo de concebir el pop y el ruido. Muchos de ellos tienen una cita hoy en el Atlantic Fest de Vilagarcía, donde ejercen de cabezas de cartel.

—En el citado libro dice que desde el principio querían ser estrellas del pop. ¿Realmente creían que iban a lograrlo con un planteamiento tan radical?

—No esperábamos ser superestrellas, pero creíamos que nuestra música merecía encontrar una audiencia amplia. Lo suficientemente grande como para darnos una vida decente como músicos y mantenernos fuera del mercado laboral normal, donde probablemente no prosperaríamos.

—Fueron muy controvertidos entonces. Sus conciertos eran una locura donde podía pasar de todo, incluso que la audiencia prendiera fuego a la sala. ¿Era algo que buscaban o simplemente ocurrió así?

—No era nuestra intención causar controversia, para nada. Solo hacíamos lo que sentíamos correcto para nosotros. Alan McGee, nuestro mánager, era brillante para atraer atención creando caos y controversia. Algunos dicen que era un genio.

—Esa sensación de que todo podría explotar remitía a The Stooges y The Velvet Underground. ¿Cuando tocaban sentían el descontrol?

—[Risas] ¡Lo entendiste perfectamente! Eso es parte de nosotros y también parte de lo que hacía a The Stooges y a los Velvet tan fascinantes para nosotros. A menudo, perdíamos el control en aquellos primeros días. Mi hermano y yo todavía tendemos a caer en el caos, pero nuestra banda en vivo, con Mark, Scott y Justin, es excepcionalmente buena y nos mantiene unidos.

—Usted y Jim han mantenido una relación tensa. Llegó a decir que fue debido al uso de drogas incompatibles. ¿Es así?

—No creo que las drogas fueran la causa. Esas elecciones diferentes probablemente fueron el resultado de nuestras diferencias de personalidad. Somos hermanos, chocamos como otros hermanos. La única diferencia es que tocamos en una banda y nuestra fricción fue a menudo muy pública.

—Con la reunión de Oasis y la publicación de su libro algunos artículos en España han escrito cosas como: «Estos hermanos eran aún peores que los Gallagher». ¿Qué opina de eso?

—Eso también se comenta mucho en los medios británicos. Supongo que es una observación natural. La verdad es que es más difícil estar en una banda con tu hermano que con otros, porque él sabe exactamente quién eres, tus debilidades, tus vergüenzas, tus incomodidades. Es un misterio. Nunca lo entenderé.

—Cuando llegó el Britpop, parecía que no había lugar para bandas oscuras y atmosféricas. ¿Cómo vivieron ese momento?

—Las bandas principales de lo que algún periodista decidió llamar Britpop, como Pulp, Blur y Oasis, eran indudablemente muy buenas en lo que hacían. Nosotros simplemente seguimos escribiendo las canciones que queríamos escuchar.

—El mito es «Psychocandy», pero hay bastantes fans que consideran que la cima del grupo es «Darklands» (1987), en el que evolucionaron hacia lo romántico y lo oscuro con las mejores letras de su carrera. ¿Cómo ve ese disco hoy?

—Bueno, la palabra evolución sugiere alejarse de un estado anterior menos adaptado. No es así como entendemos la relación entre Psychocandy y Darklands. En el segundo dimos más énfasis a las melodías. Tienes razón sobre el romanticismo y la oscuridad, pero no estoy de acuerdo en que esas letras sean mejores que las de nuestros otros discos. La mayoría de nuestras canciones, tanto en Darklands como en otros álbumes, están marcadas por algún tipo de oscuridad, malestar o descontento. —Su último disco, «Glasgow Eyes» (2024), tiene un punto experimental. ¿Lo buscaban?

—No, no intentamos hacer un disco más experimental. Las canciones simplemente se formaron así. Muchos compositores te dirían que hay una especie de sensación en la que la canción se crea a sí misma a través de ellos. No estamos al mando.

—¿Graban sin preocuparse o sienten la presión de ser The Jesus and Mary Chain y estar a la altura de su legado?

—Si me preocupara de que una nueva canción que estoy escribiendo pudiera manchar nuestro legado, entonces no escribiría ninguna canción nueva. Entiendo que una vez que una canción está en el mundo, es posible y quizás natural compararla con otras canciones, pero la composición no me parece una actividad comparativa.

—¿Alguna vez imaginó que llegarían tan lejos y seguirían tocando en el 2025?

—Sin pretender sonar arrogante, esperaba que nuestra música tuviera longevidad, ¡pero no nuestras personas!

—¿Cómo se siente en el escenario en la actualidad?

—Todavía no lo sentimos como nuestro hábitat natural, pero de todos los tipos de trabajo que un ser humano puede hacer, tocar tu propia música en un escenario para personas que la conocen y la aprecian, es difícil de superar.