0003_202405D23C19926

«Tiven sorte de estar cerca e nesas décimas de segundo amarrar o can»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

La Xunta concedió la Medalla al Mérito de la Policía Local a Pedro Abal López por su actuación en defensa de dos personas atacadas por un pitbull en A Estrada

23 may 2024 . Actualizado a las 17:32 h.

La Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia la concesión de una Medalla al Mérito de la Policía Local a Pedro Abal López, un agente de A Estrada que el 20 de noviembre del 2023 se jugó el tipo para actuar en la defensa de dos personas que estaban siendo atacadas por un perro de una raza potencialmente peligrosa. Se trataba en este caso de un pitbull que ya había protagonizado otros episodios de ataques por la zona de la avenida de Santiago y tenía atemorizados a los vecinos.

El reconocimiento, que pone en valor el trabajo diario de sus agentes, fue recibido con satisfacción por la Policía Local. El inspector jefe del cuerpo en A Estrada, Javier García Calvo, expresaba ayer su satisfacción por el hecho de que «desde fora recoñezan un traballo ben feito e que se fai algo máis. Neste caso puxo a súa vida e a súa integridade física en perigo por dúas persoas, e para min como xefe da Policía é un orgullo que a un compañeiro lle recoñezan o risco que adoptou por alguén. Ao final é o noso traballo, pero hai que facelo», indicaba.

Pedro Abal López explicaba que aquel día «foi un señor que pasaba no coche, que baixou a ventanilla e díxome que había un can que estaba mordendo a unha parexa alí en baixo e collín o coche e xa cheguei alí. A sorte foi que estaba a 250 ou 300 metros do lugar e foi rápido». La pareja que fue atacada por el perro se encontraba, apunta, «diante do parque do colexio e eu estaba no cruce seguinte, subindo pola avenida de Santiago no cruce do Camiño Real». Una vez allí, relata, no hay tiempo de reaccionar. Todo pasa en cuestión de décimas de segundo y «tiven sorte de estar cerca e de amarrar o can pola correa e taparlle o nariz para que abrira a boca e non seguira mordendo. Foi un cúmulo de casualidades, de que eu me atopaba cerca e reaccionei ben». El policía resultó ileso gracias a su rápida capacidad de reacción que le llevaron a ponerse al bajar del coche los guantes que tienen anticorte y antipinchazos y, señala que, «ao telo suxeito polo colar era máis fácil de manexar, porque se lle levantas un pouco as patas dianteiras o can queda case inmobilizado e eu metino no medio das miñas pernas para tentar que non se movera». Allí se congregaron también vecinos que echaron una mano, otra patrulla de la Policía Local de servicio y la Guardia Civil.

Un trabajo en equipo

Después de este ataque, señala este policía local, «tiven varias chamadas de xente que me dicían que mordera ao seu can, pero que non querían denunciar, pero se o fixeran se podería ter actuado antes». Este agente destaca «ese traballo escuro» se llevó a cabo tanto por parte del inspector jefe de la Policía, el resto de los policías que fueron en días sucesivos a hablar con el dueño del perro, como por parte del alcalde en aquel momento y de los departamentos de la Xunta de Galicia y del servicio de recogida de perros que tiene el Concello, en este caso en convenio con Diputación, para conseguir que «non volveramos a ter ningún tipo de actuación con ese can, que estivese a bo recaudo e que non volvese a morder nin a outras persoas nin a outros animais e sacar o can da rúa».

Abal pone en valor otras actuaciones del día a día que pasan la mayor parte de las veces desapercibidas pero que también son importantes. En relación con animales apunta que «é raro o día que non temos algunha de cans abandonados, soltos, cabalos, vacas ou xabarís». Entre estos últimos, atropellos y la presencia de alguno de estos animales salvajes incluso en el casco urbano. Destaca al mismo tiempo otro tipo de servicios como la asistencia a personas: «imos moitas veces a levantar a xente que cae e as ambulancias non van porque non teñen lesións e nos chaman como último recurso para que os axudemos ou casos de violencia de xénero que non saen á luz».

Un perro sin bozal ni correa con antecedentes previos de incidentes

Cuando inició la intervención, Abal cuenta que «naquel momento non me decatei se era ese can ou un distinto, porque realmente non había tempo para reaccionar, nin pensar de quen era o can, o importante naquel momento era actuar». Finalmente resultó que se trataba del mismo animal, un american pitbull terrier que tenía microchip pero que no estaba inscrito en el registro local, y que ya había protagonizado otros incidentes. En marzo del 2022 mordió en la calle al joven que había quedado encargado de su cuidado y en mayo saltó de la vivienda de su propietario, en un primer piso. Los vecinos se quejaban de que muchas veces el can paseaba sin correa ni bozal y que mostraba un comportamiento agresivo. Una inquietud a la que se sumaba la proximidad de un colegio, una guardería y un parque infantil y las consecuencias que un ataque del animal podrían tener en un niño. Tras la primera agresión, la Policía Local diera parte a Medio Ambiente y a la Guardia Civil. El caso llegó al juzgado pero acabó siendo archivado.

En el ataque de noviembre resultó herida una pareja estradense y su perro pinscher miniatura. El ataque se produjo sobre las 20.15 horas cuando iban a recoger a su hija a una actividad extraescolar. El pitbull estaba sin correa ni bozal y, según la mujer atacada, se lanzó sobre ella y su perro. Los atacó a los tres. La pareja sufrió mordeduras en las manos. La mujer recibió seis puntos de sutura, su marido quedó con la mano derecha inhabilitada y su can sin un trozo de rabo.

El animal permanece custodiado en una perrera

Después del ataque, el propietario se personó en el lugar y se llevó al pitbull. Según las noticias que tiene la Policía Local, este sigue custodiado en una perrera. El 24 de noviembre el animal fue decomisado. Medio Ambiente acordaba esta medida cautelar para evitar que pudieran producirse nuevos incidentes. El perro fue recogido por el Centro de Acollida e Protección de Animais (CAAN) de la Diputación en Cambados. El pasado mes de enero Medio Ambiente incoaba el expediente y tramitaba el procedimiento atribuyendo tanto a la persona que paseaba al can el día del ataque como al propietario del animal una infracción muy grave y dos graves: por tener al perro sin licencia, dejarlo suelto y por encontrarse el animal en un lugar público sin bozal y sin estar sujeto por una correa.