Mucho dominio y poca eficacia para la selección

Iyán Iván-Baragaño PROFESOR DE FÚTBOL Y ESTADÍSTICA EN LA UNIVERSIDAD EUROPEA DE MADRID

DEPORTES

Ana Escobar | EFE

27 jul 2025 . Actualizado a las 21:53 h.

«No valdrá solo con generar acciones de peligro. Habrá que tener acierto». Si algún lector acostumbra a leer los artículos que escribo para este periódico, recordará estas palabras que escribí antes de la final. No es cuestión de pronosticar el resultado de una final. Afirmaría que es imposible. España era favorita en los ojos de los espectadores. Pero la selección inglesa demostró saber ganar partidos.

Si analizamos el recorrido de ambos combinados en este campeonato, la final no ha sido más que un resumen. La selección española dominó. La selección española generó peligro. La selección española fue el mejor equipo. Pero no ha sido eficaz. Ni durante los partidos previos, ni durante esta final.

España se plantó ante una Inglaterra con las ideas claras. Las dos primeras ocasiones, en cambio, cayeron del lado británico, de la forma en la que más podía sufrir España. Un balón largo a la espalda de la línea defensiva y una pérdida de balón en el área propia dieron confianza a Inglaterra. Por lo demás, un bloque defensivo compacto dificultando el juego interior de España fue suficiente para un rival que supo esperar su momento. De eso se trata, por suerte o por desgracia, el fútbol. A veces, basta una acción de peligro para ganar una final.

Si hablamos de los penaltis, mismo argumento. Podemos hablar de lotería. De suerte. Quizás también de estudio. La imagen de Hannah Hampton cortándose la manga de su camiseta y pegándose la chuleta en su propio brazo antes de la tanda de penaltis habla muy bien del trabajo del cuerpo técnico de Sarina Wiegman. Pero más allá de eso. Un 73 % de los penaltis lanzados en fútbol femenino terminan en gol. Por eso, y voy a reducirlo a esto, no es posible ganar una final metiendo únicamente uno de los cuatro lanzados. Mucho dominio pero poca eficacia. España jugó bien, sí, generó ocasiones de gol, y muchas, pero no las supo aprovechar.

Más allá de no llevarse el trofeo, si algo consiguió la selección española en esta Eurocopa fue poner en valor, de nuevo, el fútbol femenino. Después del pasado Mundial, el número de jugadoras creció en España un 25 %. La visibilidad de este grupo de jugadoras y su rendimiento generaron interés. El interés, práctica deportiva. Y la práctica deportiva, la base necesaria para que el futuro del fútbol femenino en España esté asegurado. Perdió la selección. Pero el gran ganador de esta Eurocopa, de nuevo, ha sido el fútbol femenino español.