El Pogacar más conservador y el Vingegaard más agresivo antes de la llegada de los Pirineos
DEPORTES

La estrategia del máximo favorito a ganar el Tour parece basada en evitar derroches de energía y contraatacar en la alta montaña
15 jul 2025 . Actualizado a las 21:25 h.El Tadej Pogacar que se presentó a la salida del Tour en Lille no es el mismo ciclista. Ese que maravilló con sus actuaciones desmedidas, como si cada etapa del Tour fuera una clásica que debía ganar. Amparado en su clase brutal y su recuperación asombrosa de un día para otro, el campeón esloveno corría cada día como si no hubiera un mañana. Así ganó sus dos últimos Tours, también el Giro del 2024, pero también así perdió dos veces ante Jonas Vingegaard, aislado y emboscado después de agotar sus energías en propósitos fútiles.
Pero le ha dado una vuelta de tuerca a su manera de afrontar el Tour. Para las carreras de un día no ha cambiado y, probablemente no cambiará, porque las disputa siempre a todo o nada y casi siempre es todo. Sin embargo, más maduro, probablemente más sabio, ha entendido los consejos de sus mentores y sabe que atacar sin medida no siempre es una buena decisión, y más todavía en situaciones como las que maneja, por delante en la clasificación de sus rivales para ganar en París. Tendrán que ser ellos los que arriesguen.
Además ha visto que Vingegaard, por el momento, no se despega de su rueda en los ataques, que llega con la lección bien aprendida y en mejor forma que el año pasado, como él mismo anunció, así que la forma de correr debe ser distinta. Por eso en la etapa del Macizo Central, entre los volcanes de la Auvernia, se limitó a esperar que fueran los demás quienes hicieran el trabajo duro. Salvo en momentos concretos, a Pogacar se le vio poco en la vanguardia del pelotón, al menos cuando eran sus compañeros del UAE los que dominaban la situación. Solo entraba en estado de alerta cuando el Visma de Vingegaard se ponía al mando. No respondió a las aceleraciones de Sepp Kuss y neutralizó con una solvencia brutal los dos intentos de Jorgenson, que parecían más bien una manera de ponerle a prueba, con Vingegaard atento a sus movimientos y comprobando lo difícil que es abordar al tricampeón del Tour. Su brutal aceleración a kilómetro y medio de la meta, que despegó a todos salvo a Vingegaard, le sirvió a él mismo para probar al danés.
Cuando vio que el intento no despegaba a su rival, desistió y siguió a su ritmo. Ni siquiera le sedujo abrir hueco con los demás, que al final y con un esfuerzo descomunal, volvieron a acercarse a unos metros para la llegada. No desperdició ni un gramo de energía de más. «Fueron un poco molestos con tantos ataques, así que decidí responder con uno mejor», comentó Pogacar. «Nuestra meta era evitar que Visma nos hiciera daño, o mejor dicho, rechazar sus ataques. Esa era nuestra principal tarea, y la cumplimos perfectamente».
Pero, ¿será ese Pogacar el que empiece a mostrarse en los Pirineos? Las próximas jornadas se desvelará la incógnita. Después de la etapa del miércoles, similar a la del lunes, aunque con menos dureza, el Tour se mete de lleno en la cordillera pirenaica, con la primera gran etapa de alta montaña y final en Hautacam. 3.850 metros de desnivel positivo y 29,8 kilómetros cuesta arriba, con el Soulour y Borderes por medio.
Al día siguiente, el jueves, se celebra la cronoescalada, de Loudenvielle a Peyragudes, el primer kilómetro de falso llano, el segundo de descenso y el resto, hasta los 10,9, de subida, con una pendiente media del 7,9% y rampas, a falta de dos kilómetros, que llegan al 16%. Ahí se destaparán las debilidades y las fortalezas. No hay tácticas de equipo, es cada uno con su bicicleta, escalando una montaña. Si Pogacar está super, ganará. El sábado se termina el festival de los Pirineos con la etapa entre Pau y Superbagnères. Es una jornada larga, con 182 kilómetros, con tres de los puertos míticos del Tour, el Tourmalet, Aspin y Peyresourde, antes de la ascensión final, en los 12 kilómetros finales de la etapa. 4.950 metros de desnivel positivo y 43,5 kilómetros de subida total.