Carlos Alcaraz aprende a perder en las derrotas más duras como la de Wimbledon ante Sinner
DEPORTES

El murciano se marcha orgulloso de Wimbledon y con la lección asumida respecto a otros tropiezos en el pasado
14 jul 2025 . Actualizado a las 16:36 h.Esta vez no hubo raqueta estampada contra el suelo como en Cincinnati 2024, ni lágrimas inconsolables como tras la final perdida contra Novak Djokovic en los Juegos Olímpicos de París. Esta vez, Carlos Alcaraz aceptó la derrota con normalidad. Su sonrisa levantando el plato de subcampeón y su discurso, coronado con un «Me alegro mucho por ti, Jannik», no desprendían escozor ni dolor, sino aprendizaje y aceptación de la derrota.
«No estoy mal, estoy contento de cómo lo he hecho», respondió. «Perder una final de Grand Slam siempre es jodido, pero hemos aprendido a aceptar las cosas como vienen y sacar lo positivo. No se puede ganar siempre, hay que aceptar el perder, aceptar que el otro jugador de vez en cuando puede ser mejor que tú. Hay que salir contento y orgulloso e ir a por la siguiente».
Una derrota inevitable
Es fácil recordar la frustración de cuando rompió la raqueta contra Gäel Monfils en el tercer set de Cincinnati o cuando lloró en los brazos de Álex Corretja en París, pero esas dos imágenes han ayudado a crear el Carlos Alcaraz actual, igual que pasa con esta final, en la que fue derribado por Jannik Sinner, que ayudarán a encarar otras situaciones del estilo en el futuro.
No siempre se puede ganar es una de las frases más repetidas una vez consumada una derrota que era lógico que en algún momento llegara. Alcaraz ya había esquivado esa quema en Roland Garros de forma prodigiosa, levantado tres puntos de partido ante Sinner y consiguiendo la mayor remontada de su carrera deportiva. Cuantos más partidos ganaba, hasta un total de 24, más se acercaba una derrota que se consumó este domingo en el All England Club.
«Con derrotas como esta se forja un gran campeón. En los Juegos estaba mal emocionalmente después del partido. Fue muy difícil aceptar aquello. Ahora estoy en una posición en la que acepto lo que me llega de la forma que me llega».
Las cifras de Carlos Alcaraz siguen siendo extraordinarias
Ganar las cinco primeras finales que ha jugado sigue siendo un logro espectacular, aunque se haya quedado a una de Mónica Seles, que ganó las seis primeras, y a dos de Roger Federer, que conquistó sus siete primeras finales. Además, en cierto modo esto engrandece la rivalidad entre ambos, después de que los últimos cinco enfrentamientos, echando la vista atrás hasta Pekín 2023, favorecieran al español.
Alcaraz ha perdido su primera final de Grand Slam frente a Sinner del mismo modo que el italiano perdió su primera final de Grand Slam frente al español. El cara a cara sigue dominado por el murciano con 8-5 y en Grand Slams el de El Palmar cuenta con cinco triunfos por cuatro del italiano. Eso sí, Alcaraz tiene dos años menos que Sinner y lleva un año menos en el circuito profesional.
«Nuestra rivalidad es buena para el tenis», apuntó Alcaraz. «Cuando jugamos, nuestro nivel es muy alto. No veo que nuestro nivel de tenis lo alcancen otros jugadores. No veo a ningún otro tenista que cuando se enfrenta a otro tenga este nivel. Va a ser mejor cada vez y estoy agradecido de que vaya a dar mi 100 % y vaya a mejorar para poder ganar a Jannik» Afirmó el español, que se deshizo en elogios hacia Sinner.
Aunque no habían pasado ni dos horas desde la final, Sinner ya se veía como el próximo objetivo del circuito, el rival a batir. «Siento que en el pasado mis partidos con Carlos habían estado muy parejos. Si miras todos los partidos... En Pekín fue 7-6 en el tercero, en Roma tuve punto de set en el primer set, en París... Pasó lo que pasó. Siento que estuve cerca y nunca me vine abajo. Siempre me fijo en Carlos porque incluso hoy él hizo un par de cosas mejor que yo. Es algo en lo que trabajaré, porque va a volver más fuerte a por nosotros de nuevo. No solo Carlos, todos. Ahora tenemos una diana sobre nosotros, así que tenemos que estar preparados ". Ambos tenistas están concienciados en ser más fuertes para regalar nuevos enfrentamientos épicos en el futuro.