El adiós de Ansu Fati, más cerca que nunca

DANIEL PANERO COLPISA

DEPORTES

Albert Gea | REUTERS

El Barça y el Mónaco negocian una posible salida en la que el principal escollo es el salario del futbolista

13 jun 2025 . Actualizado a las 10:00 h.

El Barça y Ansu Fati están más cerca que nunca de separar sus caminos. La gran promesa azulgrana podría hacer las maletas este verano rumbo a Mónaco en un traspaso para el que ya trabajan ambos clubes y que tiene como gran escollo el salario que percibe el futbolista. Los 12 millones de euros anuales son una losa para la entidad que preside Joan Laporta, pero también para el equipo del Principado, que no está dispuesto a llegar a esas cifras para llevarse al que un día fue la joya culé.

Y es que el salario de Ansu Fati ha sido un problema desde que renovara en 2021. El Barça quiso blindar a una de sus grandes promesas de la cantera pese a la grave lesión de rodilla que había sufrido dos años atrás y puso sobre la mesa una cláusula de rescisión de mil millones de euros y un salario bruto de 12 millones anuales.

El contrato parecía una garantía ante la progresión que tenía Ansu Fati, pero desde entonces ha sido un problema para un Barça empeñado en rebajar el fair play financiero verano tras verano y en encontrar acomodo para el extremo de 22 años.

El Barça lo ha intentado de todas las maneras posibles. Ha buscado una cesión, como la que le llevó al Brighton inglés, ha buscado un traspaso y hasta ha pretendido buscarle acomodo en la plantilla para sacar su mejor versión, algo que ni siquiera Hansi Flick ha conseguido.

Tras un año con el técnico alemán y apenas 298 minutos disputados entre Liga, Copa y Champions, su salida es ahora una prioridad absoluta para el club azulgrana, deseoso de hacer espacio para acometer operaciones importantes como la renovación de Frenkie de Jong o la llegada de nuevos refuerzos como Joan García.

Con ese objetivo en mente, el Barça trabaja ofreciendo al jugador diferentes escenarios entre los que se encuentra un Mónaco que es, en este momento, el que ha llamado con más fuerza a la puerta para acometer el fichaje. El equipo del Principado pretende una cesión con opción de compra no obligatoria, mientras que los culés buscan un traspaso en el que se incluya una posible opción de recompra.

En ese tira y afloja, el jugador ya ha dado su OK para llegar al Mónaco y, más allá del tipo de operación, el escollo volverá a ser un salario que ya no se ajusta al rendimiento de un jugador que ha desaparecido del mapa en los últimos años y que debe retomar un camino que ya anduvo a la velocidad de la luz hasta convertirse en una de las grandes promesas del fútbol mundial.

Doloroso final

Si Ansu Fati termina marchándose del Barcelona, será un adiós tremendamente doloroso para la parroquia azulgrana. Este año, sin ir más lejos, el Lluis Companys pidió en varias ocasiones el concurso de un jugador que llegó a entusiasmar a todo el barcelonismo gracias a su talento y que estaba llamado a ser la gran estrella de la próxima década en el club.

Esa primera lesión en el 2019, cuando se rompió el menisco interno de su rodilla izquierda, y las cuatro operaciones posteriores frenaron en seco aquella progresión y abrieron una herida que todavía no se ha cerrado para los culés.

Y es que la explosión de Ansu Fati fue un soplo de aire fresco en una época en la que el barcelonismo necesitaba agarrarse a nuevos ídolos tras el adiós de Xavi o Iniesta, o el que todavía faltaba por llegar tiempo después, el de Leo Messi. Ansu asumió ese rol protagonista y hasta el dorsal 10 que lucía el argentino, pero el calvario pasado por las lesiones nunca permitió ver su mejor versión.

686 días ha pasado en la enfermería Ansu desde que debutara con el primer equipo, casi dos años que todavía duelen en la Ciudad Condal y que son demasiado tiempo para un jugador que tendrá que hacer las maletas para reencontrarse con su mejor versión. Es un adiós doloroso para una afición que ahora mira a un nuevo ídolo llegado desde la cantera como Lamine Yamal.