Gerard Martín, del cielo al infierno

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Daniele Mascolo | REUTERS

Dos asistencias del lateral zurdo devolvieron al Barça a una eliminatoria que se le acabó escurriendo en una acción en la que reclamó falta de Dumfries

07 may 2025 . Actualizado a las 00:34 h.

Hace solo un par de mayos, Gerard Martín Langreo (Esplugues de Llobregat, 2002) cerró la temporada con el Cornellá contra el Numancia en la Primera Federación. Aquel mayo del 2023 el Barça le ofreció a Gerard un contrato con su filial, que dirigía el mexicano Rafa Márquez y competía en la misma categoría que el Cornellá. No había pisado nunca La Masía. Hasta cadetes, había jugado en el Sant Gabriel, un prolífico club de base del área metropolitana de Barcelona del que también partió Alejandro Balde, el compañero que le abrió las puertas, con su lesión, del lateral izquierdo del Barcelona. Flick le dio su primera gran noche en la final de Copa contra el Madrid. «Se merece esta oportunidad», le avaló frente a las voces que cuestionaban sus cualidades. Gerard Martín se defendió: «Al final las rotaciones siempre cumplen». Con 18 años, había jugado con el Cornellá una eliminatoria de Copa contra el Barça de Koeman. Le tocó lidiar ese día con Ousmane Dembélé.

Antes del viaje para esta vuelta de Champions al campo del barrio de San Siro, rebautizado salomónicamente como Giuseppe Meazza, ex del Milan y del Inter, cuando pasó a compartirse, la prensa de Barcelona volvió a echar cuentas sobre la vuelta de Balde. Flick confió en Gerard Martín y le encomendó frenar a Dumfries. No lo pasó bien con las primeras acometidas del neerlandés.

Las estocadas de Lautaro y del turco Calhanoglu en el primer tiempo dejaron noqueado al Barça. Parecía agarrado solo al virtuosismo imprevisible de Lamine Yamal, estrellado entre Sommer y la madera. Hasta que un centro de Gerard lo llevó a la red la cabeza de otro actor secundario, Eric García, el relevo de Koundé. Hizo creer al Barça en la remontada. Seis minutos después, otra pelota centrada por Gerard Martín encontró en la testa de Dani Olmo el trayecto a la gloria. Pareció el guion perfecto cuando Raphinha metió para el Barça la eliminatoria en el bolsillo.

Con 2-3, el cuarto árbitro levantó la tablilla con un cinco iluminado. Era el tiempo que le faltaba a Gerard Martín para escribir la página más iluminada de su todavía corta carrera. Pero el partido le guardaba todavía una trampa mortal. En el último arreón, Thuram buscó a Dumfries en una posición más avanzada. En la recepción, la pierna derecha del interista golpeó la izquierda de Gerard Martín, que se fue al suelo. Thuram pareció pararse, intuyendo la falta. Pero el polaco Szymon Marciniak, el mismo que cobró doble toque a Julián Álvarez en la tanda de penaltis contra el Madrid, dejó que la jugada siguiese. Dumfries centró y Acerbi le sacó al Barça la final de los fuciños. El VAR no quiso saber nada. El fútbol le había dado a Gerard en la misma noche un paseo por el cielo y una cama en el infierno.