Muere  a los 74 años José Mañana, el hacedor de sueños del Karbo de fútbol femenino

DEPORTES

Maestro de profesión, fue el entrenador del club coruñés en su gloriosa época, creando un equipo de la nada y haciéndolo campeón de España

01 may 2025 . Actualizado a las 19:15 h.

Se fue el hacedor de sueños del fútbol femenino coruñés. El hombre que tuteló a decenas de niñas durante años en la práctica del fútbol. José Mañana falleció este jueves, a los setenta y cuatro años de edad, tras no superar una dura enfermedad. Se apagó en silencio, con sigilo, como siempre actuó pese a que él fue el gran artífice de que A Coruña se hiciera un lugar en el fútbol femenino español con el Karbo.

Su vida estuvo siempre vinculada al colegio Karbo (su nombre procede de unir la primera sílaba del apellido de su dueño y su dueña Carrasco y Borrego, y cambiando la C por una K). Allí, primero fue alumno, posteriormente, profesor y un buen día se convirtió en el fundador de un equipo de fútbol en el barrio coruñés de Os Mallos, en donde se ubicaba la academia. A pocos metros de la tienda de quesos que regentaba su madre, en Oidor Gregorio Tovar, y de su casa.

«En el colegio teníamos otro tipo de deportes. Unas chicas nos dijeron de jugar al fútbol y así fue, pero, pasados los años, hay que ser sinceros y decir que tanto que incluso nos cogió por sorpresa a todos. Nunca soñamos con lograr lo que conseguimos», explicaba José Mañana en el libro Las diez mil hijas de Irene. Cien años de fútbol femenino en Galicia.

Y así, con un grupo de 14 niñas comenzó una idea que en octubre de 1969 no tenía visos ni de proyecto. Pero el boca a boca hizo que cada día fueran más las niñas que se acercaban por el colegio a apuntarse. Y cuando no iban las niñas, era José Mañana el que acudía a los barrios a verlas jugar en la calle e invitarlas a probar fortuna en ese proyecto de equipo.

El Karbo entrenaba, a duras penas, en un campo de tierra que había en el barrio limítrofe de la Sagrada Familia, donde hoy se encuentra la iglesia de San Rosendo. Al principio, no tenía ni porterías. 

Con pocos escasos cimientos, José Mañana fue construyendo, poco a poco un gran club. Primero, a falta de competición oficial, jugaban partidos amistosos contra otros equipos, en ocasiones, incluso contra masculinos. Y aquel Karbo iba cogiendo forma. 

«Para mí era como un padre. Es que era día a día. Se preocupaba de todo. De que todas estuviéramos bien. No solo nos entrenaba nos cuidaba», relata Lis Franco, una de las protagonistas del aquel equipo.

José Mañana, con Luis Suárez y Lis Franco
José Mañana, con Luis Suárez y Lis Franco

En Galicia no había rival que le plantara cara a la escuadra de Mañana, que en junio se llevó al equipo a disputar la primera fase final de la Copa de la Reina de la historia. Y el Karbo conquistó el título. 

«Aquello fue la confirmación y el precio a lo que veníamos haciendo. Parecía impensable que aquel grupo que habíamos comenzado algo más de diez años antes fuera a estar ahí arriba», reflexionaba el entrenador en el citado libro sobre la historia del fútbol femenino gallego.

Con él como técnico se vivieron los años más gloriosos del equipo. Hasta que los gastos se hicieron enormes y los recursos eran limitados. Entonces, el Deportivo absorbió al Karbo y en este proceso Mañana pactó dar un paso a un lado y dejar a Quinocho, entonces seleccionador gallego como entrenador.

Cuatro décadas después, Mañana seguía recordando y reviviendo las hazañas de aquel equipo que fue campeón de España. En un montón de carpetas guardaba recortes de artículos de prensa, innumerables fotografías y hasta actas de partidos.

«Su vida era el club y para nosotras él lo era todo. Me cuesta asumirlo», resume Pili Neira.

Aunque el fútbol femenino y el Karbo fueron su leit motiv durante años, su vida también transcurrió cercana al bádminton, disciplina en la que llegó a ser campeón de Europa de veteranos.

Fue el último gran éxito de este ilusionista del fútbol femenino gallego. Del hombre que hizo realidad el sueño de muchas niñas, cuando jugar al fútbol para ellas parecía una utopía. El entrenador del gran Karbo. El técnico que hizo que miles de coruñeses fueran por primera vez a un estadio a ver jugar al fútbol a mujeres. Siempre con su sonrisa, con el moreno que le proporcionaba pasar tardes en la pequeña finca que tenía y de la que abastecía de frutas y hortalizas a sus jugadoras.

Se fue José Mañana, pero su recuerdo quedará para siempre. Sin él, es posible que A Coruña nunca hubiera tenido fútbol femenino. La capilla ardiente está instalada en el hogar número 2 del tanatorio Apóstol de Arteixo. Este viernes se oficiará el funeral en la iglesia de San Vicente de Morás, a las seis de la tarde. Posteriormente será enterrado.