Leica, la gran reina entre todas las cámaras fotográficas, entra en su segundo siglo
CULTURA

La marca traerá a España la exposición de su centenario, con las imágenes que forjaron la leyenda
18 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La historia de la fotografía se ha forjado con cámaras Leica. La legendaria marca alemana es ya centenaria y se mantiene como referencia en la era digital y de la inteligencia artificial. Cien años después de la creación de la mítica Leica I, primer modelo comercial, la firma entra en su segundo siglo sin perder su cetro y su corona como indiscutible reina de las cámaras.
La compacta fue elegida por maestros como Henri Cartier-Bresson, que compró su primera Leica en 1932 y captó con ella la icónica imagen Derrière la gare Saint-Lazare [el hombre que salta un charco], símbolo del instante decisivo. La Leica acompañó a Robert Capa desde la Guerra Civil española —con la célebre foto del miliciano abatido en Cerro Muriano— hasta el desembarco de Normandía y su último viaje a Indochina.
Robert Doisneau inmortalizó El beso [preparado, hoy se sabe] ante el Ayuntamiento de París con su Leica; Evguéni A. Jaldéi tomó la fotografía Bandera de la victoria sobre el Reichstag en Berlín en 1945; Alfred Eisenstaedt retrató en Times Square otro beso, entre la enfermera y el marinero, el día del fin de la Segunda Guerra Mundial. Nick Ut definió una época al captar con su Leica a la niña vietnamita Phan Thi Kim Phúc huyendo del napalm. Sebastião Salgado, maestro de la fotografía analógica, fue leal a Leica durante décadas. Con leicas retrató Alberto Korda al Che Guevara y fueron inmortalizadas las visiones neoyorquinas de Elliott Erwitt y William Klein.
Fue la primera cámara compacta con película de 35 milímetros, contribución decisiva para la historia de la fotografía y el fotoperiodismo. Sus primeros prototipos los construyó en 1913 Oskar Barnack en el laboratorio E. Leitz Optische Werke, en Wetzlar, al norte de Fráncfort, aún sede la firma. Barnack adaptó la película de cine de 35 mm, ampliando el formato a 24x36 mm. Fiel a su máxima de «negativos pequeños, imágenes grandes», optó por una relación de aspecto 2:3 y 36 exposiciones por rollo, formato imperante hasta la llegada de la fotografía digital. En 1923 convenció a Ernst Leitz II para fabricar unos prototipos concebidos para probar objetivos ópticos. Presentada en la feria de Leipzig en 1925, la Leica I fue un éxito. Montaba un objetivo Elmar de 50 mm f/3.5 diseñado por Max Berek. Su obturador de cortinilla, con velocidades de 1/20 a 1/500 de segundo, era otra innovación.
Leica dio libertad a los fotógrafos. Pasaron de cargar pesados equipos de placas a llevar un discreto dispositivo de bolsillo, ideal para trabajar en la calle o en zonas de conflicto sin llamar la atención. En un año se vendieron mil cámaras; cuatro años después ya eran 16.000. En 1930 apareció la Leica I Schraubgewinde, con objetivos intercambiables.
Diseño eterno y cotizado
Más allá de su calidad óptica, la esencia de una Leica reside en su diseño robusto y atemporal. «Es todo cristal y metal, como una preciosa Leica antigua», dijo Steve Jobs en el 2010 al presentar el iPhone 4. Karin Rehn-Kaufmann, directora artística de Leica, asegura que las cámaras actuales «todavía recogen elementos del diseño original».
Leica. Un siglo de fotografía, la mayor exposición con motivo de este centenario se presentará en España. Con 174 fotografías, se podrá visitar gratis en el madrileño Centro Cultural Fernán Gómez a partir del próximo 10 de septiembre y hasta enero. Imágenes de una treintena de fotógrafos españoles como Ricard Terré, Gonzalo Juanes, Manolo Laguillo y Alberto García-Alix, se verán junto a las de Bruce Davidson, Elliott Erwitt, Ralph Gibson, Steve McCurry, Joel Meyerowitz o Jane Evelyn Atwood. Se exhibirá además una selección de cámaras clásicas y material histórico del Museo Ernst Leitz de Wetzlar.
Lejos de perder valor, las viejas Leica baten récords en subastas. En junio, un prototipo de 1923 de la exclusiva O-Serie (de la que se fabricaron 25 unidades) se vendió por 7,2 millones de euros. Y adquirir una Leica nueva supone hoy pagar entre 3.000 y 35.000 euros. Líder con modelos como la M5 y la M6, la firma estuvo al borde del abismo con el auge de las marcas japonesas y la fotografía digital, pero supo adaptarse y mantener su legendaria calidad.
En la era de los megapíxeles y la inteligencia artificial, ha lanzado la Leica M11, edición especial de su cámara telemétrica digital sin pantalla. Matthias Harsch, CEO de Leica, defiende con firmeza «la autenticidad de una imagen». Para garantizarla, este modelo incluye en los metadatos de cada foto un certificado Content Authenticity Initiative (CAI) que acredita que la imagen ha sido tomada por una persona y no generada por inteligencia artificial.