
Una pieza del artista portugués Carlos Bunga rescata la Ciudad de los Muchachos como una forma de resistencia cotidiana en el franquismo
20 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Quince años después de su interrupción, la Bienal de Pontevedra regresa con su 32.ª edición, que arranca este sábado con un elogio de Benposta. La sede de la Fundación RAC (Rosón Arte Contemporáneo) acogerá a las 17.00 horas una conversación con el artista Carlos Bunga (Oporto, 1976), que presentará en el festival una pieza en la que reivindica el proyecto ourensano de Benposta. El creador luso hizo una nueva obra a partir de la investigación sobre el Circo de los Muchachos, un espacio social pionero y que, aseguran, fue inspiración decisiva para la fundación del Circo del Sol. Todo comenzó como un sueño (2025) aborda una reflexión profunda sobre la vida nómada, la comunidad y el proceso de aprendizaje en escenarios de resistencia. A través de un vídeo, rescata la experiencia del proyecto de Benposta, una ciudad-circo autogestionada que, en plena dictadura franquista, se alzó en Galicia como una forma de dignidad y resiliencia cotidiana. En el eje, la figura del saltimbanqui y el símbolo de la torre humana, donde los más fuertes sostienen a los más débiles.
Para su obra, explica Agar Ledo, que forma parte del comisariado de la bienal junto con Antón Castro y Ángeles Tilve, Bunga habló con un antiguo director del Circo de los Muchachos, Tomás Alfonso Martínez Sánchez, que, además, es el compositor de las canciones que se usaban en sus giras alrededor del mundo y que ha cedido una canción para la bienal. «Martínez Sánchez es uno de los antiguos muchachos de Benposta —relata—, y se mostró muy emocionado con la recuperación de la historia del Circo de los Muchachos y sus aventuras por Rusia, Latinoamérica y medio mundo».
Lejos de idealizar sin matices el pasado, detalla la comisaria, la pieza audiovisual reconstruye fragmentos de historia que son memoria colectiva para visibilizar cómo, incluso en situaciones totalitarias, afloran prácticas de carácter comunitario que propugnan la colaboración, el apoyo mutuo y la educación participativa. Con un montaje ágil y cercano, el vídeo evoca el espacio físico del circo y la ciudad, y también «articula una crítica a los modelos hegemónicos para reivindicar sistemas donde niñas, niños y jóvenes toman decisiones y se forman colectivamente. Las voces utópicas que acompañan la pieza son un recordatorio de que la pedagogía emancipadora no es un sueño lejano, sino una posibilidad política concreta de mayor justicia social».
Previamente a Bunga, en la mañana de este sábado, y después de la inauguración de la bienal a las 10.30 horas, podrá verse igualmente la pieza de Eva Kotátková Machine for Restoring Empathy —a partir de las 11.00 horas en el edificio Castelao del Museo de Pontevedra—, que espolea el debate sobre el respeto del hombre por el medio natural y la necesidad de una mejor convivencia interespecies, entre humanos y animales, subraya Agar Ledo. Podrá disfrutarse, además, la obra de Fritzia Irizar Alepo/Guernica/Kiev/Rafah —a las 12.00 horas, también en el edificio Castelao.
«La bienal —incide Antón Castro— fomenta una mirada crítica sobre el presente y alienta una reflexión en el intento de construir un mundo mejor. Hay varios conceptos que se recorren en las propuestas que acogerán las trece sedes del proyecto, entre ellos, ecología, extractivismo, amor, felicidad, guerra, conflicto, comunidad, utopía...».
El conflicto será asunto crucial que sobre el que volverán las artistas palestinas Rosalind Nashashibi (Croydon, Reino Unido, 1973) y Raida Adon (Acre, Israel, 1972) y la creadora, periodista y activista Zehra Dogan (Diyarbakir, Turquía, 1989).
Bajo el lema «Volver a ser humanos. Ante a dor dos demais», la Bienal de Pontevedra moverá la obra de 60 artistas hasta el 30 de septiembre.