Ellos decidieron hacer turismo en autocaravana: «Nos jubilamos y desde el 2015 vivimos viajando por España»

VIVIR A CORUÑA

Pepi Estévez vive en una autocaravana desde 2015 junto a su marido después de jubilarse.
Pepi Estévez vive en una autocaravana desde 2015 junto a su marido después de jubilarse. Y.G.

El conocido como «caravaning» ha ganado mucha popularidad en los últimos años, con un aumento de las matriculaciones en este tipo de vehículos en un 160% en nueve años

06 sep 2025 . Actualizado a las 09:56 h.

Salir de vacaciones cada vez es más caro. Mirando al mes de julio, el precio de las pernoctaciones en hoteles creció un 4,6 % durante este pasado mes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un incremento que perpetúa la senda de crecimiento en el turismo que comenzó en el 2021, con la recuperación del sector tras el freno de la pandemia. Casi en paralelo, cada vez más turistas se han animado a viajar en autocaravana. Desde el 2015, el incremento en matriculaciones de vehículos de este tipo ha sido del 160 %, según la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning. Sin embargo, no es una opción para todo el mundo. «Cuando lo comentas con amigos, lo ven muy romantizado. Pero estoy seguro de que a muchos de ellos luego les daría pereza», cuenta Alejandro Bisbal, que viaja junto a su novia Angelina Babic.

Ellos están entre los viajeros más jóvenes que eligieron el aparcamiento del parque de Adolfo Suárez para pernoctar durante su paso por A Coruña. Vienen desde Asturias y son muy noveles en el asunto. «La caravana es de mi padre. La compró hace dos años y ya el verano pasado hicimos un viaje y nos gustó mucho», cuenta Angelina. Aunque contenta, es la que más rápido encuentra los inconvenientes de viajar así. «Por ejemplo, lo más incómodo es lo del tema del baño y la ducha», confiesa.

Es el segundo verano que Alejandro Bisbal y Angelina Babic viajarn en autocaravana y están encantados.
Es el segundo verano que Alejandro Bisbal y Angelina Babic viajarn en autocaravana y están encantados. Y.G.

Babic tiene la suerte de que su novio es un verdadero entusiasta de este modo de vida. La primera vez que lo hizo fue hace unos años: «Viajé con unos amigos por Dublín», cuenta. Y entre las cosas que más le gustan está «elegir un buen sitio para ver el atardecer mientras te cenas un bocata». Ellos vienen desde Asturias y su objetivo es conocer un poco mejor Galicia y, si lo consiguen, bajar hasta Portugal. «No sé si nos dará tiempo porque luego ya tenemos que volver a Madrid, que se acaban las vacaciones», lamentan.

A pesar de la queja con el baño, Alejandro y Angelina son unos auténticos privilegiados en esto del caravaning porque tienen una señora autocaravana, no solo con váter y ducha, sino con cama y cocina. Más precario es el vehículo en el que viaja María Herranz, también de Madrid, junto a su marido. Instalada en esa franja de la difusa de la mediana edad, está muy orgullosa de su furgoneta. «Para mí esto ya fue conseguir un hotel de cinco estrellas. Igual la gente que veranea en hoteles dice: “Uy, qué horror”», relata.

María Hernández aprovecha todos los veranos para viajar junto a su marido por el norte de España. Primero lo hacia en ciclomotor, luego en moto y ahora en furgoneta.
María Hernández aprovecha todos los veranos para viajar junto a su marido por el norte de España. Primero lo hacia en ciclomotor, luego en moto y ahora en furgoneta. Y.G.

Esa afirmación no es modestia. Sus primeras vacaciones ya fueron de cámping con sus padres. Luego, con la tienda a la espalda, viajó por España en cicloturismo. Una etapa «dura», dice, que evolucionó a la moto. «Después fue un coche que era ranchera, dormíamos con colchones hinchables dentro. Y luego ya me pude comprar mi furgoneta», recuerda.

A futuro, la meta es estar viajando durante todo el año. «Nuestro sueño es ese. Viajar así te da mucha libertad, pero estamos limitados por el mes de vacaciones. Entonces siempre tienes que estar contando los días en que vas a estar en cada sitio. Cuando estemos jubilados eso ya cambia, es la libertad absoluta. Pero para eso todavía quedan más de diez años», se vuelve a lamentar. 

Una vez llegue ese día, seguro que volverá a A Coruña. Tiene claro que como Santander y San Sebastián, es una ciudad maravillosa: «El norte de España es lo más bonito, y esas tres ciudades son incomparables», sentencia. Además, por el momento, en estas latitudes no encuentra el odio a la autocaravana que sí se aprecia, por ejemplo, en el Mediterráneo. «Ya hay ciudades y pueblos que comienzan a rechazar el turismo en autocaravana, sobre todo por el Levante», concluye. 

Una jubilación en autocaravana

Pepi Estévez, también aparcada en el área del parque de Adolfo Suárez, ya está viviendo el sueño de María. Tras la jubilación de su marido en 2015, vendieron su casa en Ceuta y se compraron una autocaravana, más grande que la de Alejandro y Angelina, para vivir viajando. Esta parada en A Coruña la hacen después de un largo viaje que comenzó en Málaga. «Estamos haciendo la Ruta de la Plata», cuenta.

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La decisión de dejar su hogar y saltar a la carretera no fue una sorpresa en su entorno. «Siempre tuvimos caravana. Las tres primeras fueron una cámper. Siempre nos ha gustado esta vida», dice. Así, a sus hijos tampoco les pilló con el pie cambiado: «¿Qué van a decir? Que lo pasemos bien». Estos casi diez años han sido, resumen, «estupendos».

Tampoco es la primera vez que están en A Coruña. Galicia es una comunidad que repiten bastante. «Ya estuvimos el año pasado, Galicia es encantadora toda entera. Acabamos de estar en San Cibrao, en Viveiro... todo muy bonito. Y luego nos iremos a Lugo, que Santiago ya lo conocemos bastante», afirman. Quizá por ello, cuando los años aprieten, se asentarán aquí. «Algún día habrá que comprar una casita, pero todavía no hemos encontrado nada. Estamos buscando por Galicia y Asturias». Mientras tanto, vivirán en la carretera, como Miguel Ríos, unos años mayor que Pepi.