Chayanne demuestra en A Coruña que el pop latino no está en vías de extinción

VIVIR A CORUÑA

Marcos Míguez

Las baladas más empalagosas siguen teniendo tirón. También las bachatas convencionales. En tiempos de Bad Bunny, casi 10.000 personas se dieron cita este domingo en el Coliseum para cantar temas como «Salomé», «Madre Tierra» y «Un siglo sin ti»

19 may 2025 . Actualizado a las 16:27 h.

Desde Puerto Rico, Ricky Martin convirtió a María en la chica más famosa de España en 1995. Con la música latina conviviendo con un pop mucho más blandito que el que se impuso en la década de los 80, al puertorriqueño pronto le salió un competidor. Y a María una rival. En el imaginario colectivo, Salomé dejó de ser la artista del Vivo cantando y pasó a ser la protagonista de un tema que, en 1998, sonó hasta la extenuación. El culpable de que nadie pudiese quitarse de la cabeza a esta mujer era Chayanne, otro puertorriqueño dispuesto a arrasar en unas listas de éxitos liderados por las baladas de Alejandro Sanz y los sonidos tropicales de Gloria Estefan: nada podía salir mal.

En otro siglo y, desde luego, en otro contexto musical donde manda el autotune de Bad Bunny, resulta que 10.000 personas apostaron en A Coruña por ese latineo de antaño,  que a veces suena a Juan Luis Guerra, otras a Marc Anthony y algunas a José José. Las entradas para ver el domingo a Chayanne en A Coruña se agotaron en seis horas, y es una realidad que en el Coliseum no cabía un alfiler. El cantante arrancó el recital con puntualidad británica en un evento marcado por los guiños a Sudamérica. Pero también a todos esos fans gallegos que llevaban desde el 2010 sin poder cantar en directo Boom boom, Atado a tu amor o Madre Tierra, hitos de la carrera musical del artista que, por supuesto, formaron parte de un concierto que duró exactamente dos horas. 

El artista subió al escenario a una monfortina para bailar con ella «Bailando bachata»
El artista subió al escenario a una monfortina para bailar con ella «Bailando bachata»

Entregadísimo, su aguante y energía en unas coreografías imposibles invitan a reflexionar si los 56 años que peina en su negrísima cabellera son los nuevos veinte. También unos looks imposibles —cuatro, concretamente— repletos de brillo, escotes y animal print. La puesta en escena, correcta y sin florituras, no necesitaba más que un cuerpo de baile a la altura de las caderas de Chayanne, y una orquesta que diera empaque a esas baladas nacidas para cantar a pleno pulmón. Misión cumplida.

El Coliseum casi se viene abajo cuando sonaron los primeros acordes de Un siglo sin ti, y se convirtió en una escuela de baile con el último gran éxito del cantante: Bailando bachata. El nombre de la gira no deja lugar a ningún tipo de dudas: Bailemos otra vez tourY a eso es, precisamente, a lo que había acudido el público. De hecho, el concierto terminó justo en su momento más álgido, cuando el Torero ponía el alma en el ruedo —esta canción, por cierto, se viralizó hace unos días porque una asociación animalista pide que se le cambie el nombre por Bombero—. Por eso, antes de que pudieran pedirse más bises las luces se encendieron para que el público no se confundiera. 

Menos mal que previamente había regalado los oídos a los asistentes: «Buenas noches mi gente bonita, qué placer estar aquí en A Coruña. Ustedes manden que yo obedezco», aseguró a un público que se habría quedado un par de horas más cantando dentro del multiusos. Porque faltaron hitazos, por ejemplo, Mariana Mambo.