José Luis Lorenzo, adiestrador canino: «Mi perro no puede molestar u olfatear a otras personas. Mi libertad acaba donde empieza la tuya»

VIVIR A CORUÑA

El experto participa este fin de semana en el evento Pata Pata, feria animal que se celebra en Expocoruña
09 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La presencia de perros en la ciudad de A Coruña no ha dejado de crecer en los últimos años, hasta el punto de superar en número a la población infantil. Esta creciente convivencia ha propiciado una apertura progresiva de espacios comerciales —como tiendas, grandes superficies o cafeterías— a los animales de compañía. Este nuevo escenario exige a los propietarios un alto grado de responsabilidad en la educación y socialización de sus mascotas, con el objetivo de garantizar una convivencia cívica y respetuosa en los espacios públicos.
En este contexto, José Luis Lorenzo Couce, adiestrador canino e instructor del Layamajo Club de Adiestramiento, con sede en Culleredo, participará este fin de semana en la feria animal Pata Pata, que se celebrará en Expocoruña. Su intervención se enmarcará en una mesa redonda centrada en el papel de los perros en la sociedad contemporánea, un debate de creciente relevancia en entornos urbanos.
—¿Cuáles son los principales deportes caninos que existen actualmente y qué razas están más capacitadas para practicarlos?
—Como deportes propiamente dichos, hay unos que están regulados por la Federación Canina Internacional y por la Real Sociedad Canina de España. Algunos de ellos son muy conocidos, como el agility, el mondioring —que ya es un deporte en el que hay mordida y control— o el IGP, que es a lo que nosotros nos dedicamos. Es un deporte que engloba tres disciplinas: rastro, obediencia y defensa. Para nosotros es el más completo que puede realizar un perro. Pero también hay que decir que no todos los perros valen para realizarlo. Después hay otros, como el mushing, el jogging —que es cuando el perro va atado a un arnés y tú vas corriendo detrás—. Y hay deportes que están muy de moda ahora mismo, aunque de momento no están regulados, como el frisbee, el play ball, el dancing dog. Este último se ve en exhibiciones, sobre todo, en Inglaterra y los países nórdicos, donde una persona con una coreografía baila con su perro. Realmente hay muchos deportes que se pueden practicar. Pero sin enfocarlo a disciplinas concretas, el mejor deporte que puede realizar una persona con su perro es salir a correr, a pasear, a jugar con él.
—¿Qué impacto tiene la actividad física en el bienestar físico y mental del perro?
—Digamos que es parte importante de lo que es la psicología del perro, la salud mental. El dicho mens sana in corpore sano aquí hay que aplicarlo también. Porque el deporte nos quita muchos problemas en nuestro perro, a la hora de estar en casa, a la hora de pasear con él. Si un perro tiene su actividad física bien programada, su salud mental va a estar mucho más regulada.
—¿Hasta qué punto es importante permitir al perro moverse sin correa durante esa actividad física?
—Fundamental. Yo le llamo una libertad controlada. Tú sales al monte o a un campo a jugar y a correr con tu perro; aunque es una libertad, eso tiene que estar controlado. Porque el ejercicio también tiene sus momentos de calma y relajación. No es solo correr. Y a cada raza se le debe aplicar un deporte específico. No podemos salir a correr con un bulldog francés. Podemos salir a dar un paseo, pero hay que ser consecuentes con la raza de perro que tenemos para hacer deporte.
—¿Existe una relación directa entre el tamaño del perro y la cantidad de ejercicio físico que necesita?
—Exactamente. Hay razas de perros más tranquilas que no necesitan tanto ejercicio como un pastor belga, un setter, un pointer… razas activas. Tú no puedes poner a un mastín a correr o a tirarle pelotas, porque no nació para eso. Tiene otras funciones innatas. En cambio, un perro pequeño, como un bulldog francés, con un paseo a la vuelta de la esquina, ha hecho la misma cantidad de ejercicio que media hora de un pastor belga malinois.
—El border collie es otra raza de perro que necesita mucha actividad. Y cada vez se ven más en la ciudades. ¿Se puede criar bien a un perro de este tipo en la ciudad?
—Cualquier raza es apropiada si está bien atendida y bien educada. El border collie es un perro que necesita ejercicio. Nació para el pastoreo, en grandes áreas. Pero al final es el humano el que transforma el carácter de esas razas. Veo muchos border collies tranquilos, paseando sin problema. Pero un border collie de raza pura, de los que se usan para agility o pastoreo, no es un perro muy conveniente para estar en un piso por su alta actividad física y su estrés mental. Funcionan las modas. Y siempre que tengamos a nuestro perro bien educado y con sus necesidades físicas y mentales cubiertas, no soy quién para decir si es el perro más apropiado.
— En el próximo evento Pata Pata también vas a participar en otra mesa redonda sobre en encaje de los perros la sociedad humana. ¿Qué ideas vas a defender?
—Creo que el tema fundamental tiene que ser el comportamiento. Yo tengo clara mi idea de cómo debe comportarse mi perro por, por ejemplo, los Cantones, y otra gente a lo mejor no está de acuerdo. Pero lo que sí tenemos que tener claro es que mi perro no puede molestar a otras personas. Mi libertad acaba donde empieza la tuya.
—¿Cómo debe comportarse un perro en espacios públicos?
—Tiene que comportarse con ignorancia hacia el entorno. Si alguien lo saluda sin mi permiso, lo tengo más o menos controlado para que no sea una amenaza. Veo muchos dueños que abusan de la frase «mi perro no hace nada». Vale, pero si a mí no me gustan los perros, no tiene por qué venirme a oler ni a acercarse. Eso hay que tenerlo muy controlado. No me gusta ver un perro tirando de la correa como un poseso, ni al dueño sin darse cuenta de que está provocando que tire más. No me gusta el perro que va oliendo a toda la gente. El comportamiento debe ser de ignorar el entorno.
—¿Existe consenso entre profesionales sobre cómo debe comportarse un perro en sociedad o hay diferencias importantes?
—En el sector todos tenemos la misma idea. En las charlas que organiza la Real Sociedad Canina de España, todos coincidimos. Hay un error muy grande hoy en día, aunque todo ha evolucionado. Ese error es humanizar al perro. Un perro es un perro. Yo te aseguro que la felicidad de mi perro es por lo menos igual o mayor que la de muchos otros, precisamente por cómo se trata hoy a los perros. Hoy la gente va paseando con su perro como si fuera el protagonista, el más majo. Hay que tener cuidado con eso. Y también con el tema de las deposiciones. Hay parques que son una auténtica porquería. Si no tenemos claro que somos responsables de nuestro compañero, no tendremos una sociedad canina sana. En España falta mucha cultura canina. En países como Alemania o Bélgica es una maravilla. Allí el perro es uno más. Aquí vamos poco a poco, pero falta mucho para llegar a ese nivel.
—¿Está a favor de que los perros puedan entrar en tiendas o bares?
—A todo aquel propietario de restaurante, hotel o tienda, si le parece correcto, a mí también. No me voy a entrometer. Sería mucho mejor tener más lugares donde nuestros perros pudieran acceder, estoy de acuerdo. Pero hay gente a la que no le gustan los perros, y no tienen por qué soportar el mío. No podemos tener la idea autoritaria de que lo que yo pienso es lo ideal. Yo tengo amigos que tienen respeto o miedo a los perros. Cuando vienen a casa, encierro a los míos. Con los amigos que sí los quieren, los perros están sueltos. Primero son las personas y después los perros. Eso no significa que no les dé un trato exclusivo. Pero hay normas que debemos introducir en el comportamiento de nuestras mascotas.
—¿En qué casos es recomendable acudir a un adiestrador profesional y qué se puede esperar de ese proceso?
—La gente piensa que por tener un perro ya sabe educarlo. El mejor momento es cuando es cachorro. Con dos o tres meses ya se le puede dar una serie de normas básicas. Jugando se le empieza a enseñar a sentarse, acostarse. Y eso se le queda grabado. Con tres meses ya están capacitados para no tirar de la correa. No es cuestión de ir todos los días al adiestrador, pero sí que te marquen un camino. Yo siempre digo que a quien tengo que educar es al guía, al dueño. A mí el perro me lleva poco tiempo formarlo. Lo que lleva tiempo es formar a la persona y hacerle entender el comportamiento y la mente del perro.