El derribo de la casa Carnicero sienta en el banquillo este martes al alcalde de Oleiros

Toni Silva OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

EDUARDO PEREZ

El juicio se celebra en la Audiencia Provincial. La Fiscalía pide 12 años de inhabilitación para García Seoane

20 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Audiencia Provincial dirá si el polémico derribo de la casa Carnicero es una china en el zapato del alcalde de Oleiros o, por el contrario, conllevará consecuencias más graves, como una inhabilitación, la segunda en su trayectoria al frente del Concello. La anterior fue en el 2006 por un período de 6 años por tirar un muro en la playa de Santa Cristina.

Ángel García Seoane se sienta este martes en el banquillo de los acusados, junto al arquitecto municipal, el técnico que estampó la firma para ejecutar las obras que acabaron con los restos de la casa Carnicero, en estado ruinoso a causa de un pavoroso incendio declarado seis meses antes, el 16 de julio del 2020, día de la Virgen del Carmen. La fecha de las obras del derribo también es fácil de recordar: se produjeron cuando todo el país hacía la última comida del año y se preparaba para la Nochevieja. Las máquinas tiraron con los restos de la casa Carnicero pasadas las tres de la tarde del 31 de diciembre del 2020.

La Fiscalía pide para ambos 12 años de inhabilitación y 15 meses de prisión, además de una multa de 27.000 euros y una indemnización al Concello por el gasto de reconstrucción y los casi 9.000 euros que costaron las obras.

La acusación recuerda que la casa Carnicero forma parte del Catálogo de Bienes Culturales del propio plan urbanístico de Oleiros. Durante el 2020, el Concello tramitó la cesión del inmueble de los propietarios particulares a la Administración local.

A raíz del incendio, se sucedieron los informes del técnico municipal para la declaración de ruina económica y técnica. Él mismo apuntaba que, por tratarse de un bien catalogado, se requería la autorización «de la consellería competente», si no, se podría incurrir en una infracción muy grave. Propuso entonces medidas de andamiaje, vallado y colocación de una red en la fachada.

A mediados de agosto, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural autorizó las obras de urgencia, y conminaba al Concello a presentar un proyecto de rehabilitación. La Fiscalía señala que este fue el punto de inflexión del caso. «Desde el Concello nada se hizo en favor del mantenimiento del edificio. Cuando los propietarios, a finales de agosto, pidieron ampliar el plazo para adoptar las medidas urgentes, el Ayuntamiento nada hizo ni contestó, siendo pública y notoria la degradación progresiva de la construcción», apunta el Ministerio Fiscal antes de añadir las intenciones municipales al margen de la ley: «La razón de tal proceder no era otra que la decisión que ya había tomado el acusado (el alcalde) de demoler el edificio, aun a sabiendas de que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural le había pedido presentar un proyecto de rehabilitación».

«Dejó pasar el tiempo»

Añaden que desde agosto, el Concello de Oleiros no volvió a emitir ninguna notificación a la Xunta hasta el 30 de diciembre. «Entre tanto, se dejó pasar el tiempo mientras la construcción seguía su lógico y previsible proceso de degradación. Llegado diciembre del 2020, el acusado comenzó a pedir incesantemente informes en los que pudiera justificar su actuación», añade la fiscala.

Un temporal en los últimos días del año aceleró la caída de elementos. Una técnica de Urbanismo elaboró un informe jurídico donde propuso la declaración de ruina y su demolición, «previa redacción del correspondiente proyecto y la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural». El 30 de diciembre, el regidor García Seoane dictó un decreto que notificó a la Xunta a las 14.40 horas, «esto es, fuera de las horas de atención al público, víspera de un día inhábil administrativamente y de un puente festivo, por lo que la Dirección Xeral de Patrimonio no tuvo conocimiento del decreto», apunta la Fiscalía.

El mismo día 31, el técnico municipal elaboró un informe donde hacía constar la caída de cascotes a la carretera y dirigió los trabajos de demolición.