Galicia se fríe y aquí estamos los coruñeses pensando en si deberíamos llevar el paraguas por si chispea la niebla o si nos moja la nube que tenemos encima
03 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.España se fríe, Galicia se fríe y aquí estamos los coruñeses pensando en si deberíamos llevar el paraguas por si chispea la niebla o si nos moja la nube que tenemos encima. Es lo mismo de siempre. Por eso creo que cuando se publicita tanto que Galicia es el recuncho fresco de este país, deberían ser más precisos en la información. No, queridos todos los que creéis que Galicia es un balcón de aire frío, aquí hay un check point que nos divide en dos mitades muy diferentes e irreconciliables. Porque mientras en Leiro, ese concello de Ourense que suele batir récords todos los veranos, se cuecen a 40 grados, en Burela saben que un día anticiclónico a 22 grados es una excepción a sus cielos permanentemente encapotados. Y Coruña es algo parecido, una ventana siempre abierta que nos permite dormir con sábana, colcha y hasta edredón en pleno julio. De hecho, podríamos vivir sin cambio de armario porque nuestros outfits poco varían de mes a mes. De ahí que estemos todos los veranos con la zozobra de sabernos extraños en una mapa del tiempo que no va con nosotros ¿Ola de calor en Galicia? ¿Dónde? ¿En qué momento nos estamos achicharrando? ¿Quiénes son los gallegos que andan en chanclas? ¿Dónde están esos largos días de playa con sus maravillosas puestas de sol?
Los coruñeses nos movemos en otro universo atmosférico, en un micromundo cerrado a cal y canto por un gris que nos convierte en verdaderos seres atlánticos, movidos por la ventolera del nordés, la chuvisca de la niebla y los nubarrones norteños. Las olas de calor que abrasan al resto no llegan jamás a esta esquina, así que los que deseen un verano a 20 grados, sin el estrés de los sudores y el sofocón, tienen en Coruña un paraíso sombrío. Dicho esto, yo, en cuanto pueda, me piro en busca del sol.