Una farmacia de Carral descubre a un joven de 18 años con recetas falsas para conseguir Rivotril
CARRAL

El Colegio de Farmacéuticos lanza un comunicado tras frustrarse un intento para obtener un ansiolítico vinculado a la «droga de los pobres»
15 ago 2025 . Actualizado a las 16:49 h.Una farmacia de Carral ha destapado el uso de recetas falsificadas para conseguir Rivotril, un ansiolítico que se utiliza como componente de la conocida como la «droga de los pobres». El hallazgo ha llevado al Colegio de Farmacéuticos a emitir una circular alertando sobre este tipo de fraudes.
Los hechos ocurrieron el martes al mediodía. Un joven de unos 18 años, de aspecto desaliñado y aparentemente bajo los efectos de alguna sustancia, entró en una farmacia del centro de Carral con dos recetas en papel. Ninguna llevaba la firma del médico y la caligrafía era deficiente. «Mi sobrina escribe mejor. Es verdad que los médicos tienen una letra peculiar, pero ya conocemos la de los que trabajan aquí», comenta la farmacéutica que lo atendió.
El joven intentó conseguir el medicamento, pese a que las recetas estaban incompletas. Se le indicó que acudiera al centro de salud para que se las completasen, pero, en lugar de eso, fue a un estanco cercano y, en la repisa donde los clientes rellenan las quinielas, falsificó las firmas.
«Volvió al rato con las recetas firmadas, pero con el nombre de un médico que no ejerce en Carral. Además, faltaba el número de colegiado y el cuño del Sergas», relata la farmacéutica. Al sospechar del fraude, le comunicó que iba a llamar al centro de salud. El joven no mostró nerviosismo. Cuando iba a coger el teléfono, llamaron desde el estanco para que no le dispensaran nada, pues lo habían visto rellenando las recetas. Cuando se le dijo que sabían que las había falsificado, lo negó y acusó a las empleadas del estanco de mentir.
La farmacéutica le explicó que, al ser unas recetas falsas, no podía entregarle el medicamento, se quedaba con los documentos y que debía marcharse. Sin más, el joven tomó un autobús hacia A Coruña.
Solo se sabe que era vecino de Carral, aunque no lo habían visto antes por la zona. La farmacéutica notificó el caso al Colegio de Farmacéuticos, que le pidió trasladarlo también a Inspección de Sanidade y a la Guardia Civil. El sargento del puesto fue a recoger las imágenes de la farmacia y del estanco para investigar los hechos, que están tipificados como un delito grave al tratarse de la falsificación de documento oficial.
El Rivotril, que se dispensa habitualmente en pastillas y solo con receta, es un ansiolítico de bajo coste que tiene demanda en el mercado negro, especialmente en Marruecos. Es uno de los componentes del karkubi, que se mezcla con hachís, pegamento, alcohol y otras sustancias para lograr efectos alucinógenos.
Esta combinación, considerada peligrosa y adictiva, se ha ganado el nombre de «droga de los pobres» por su bajo precio y fácil acceso. Las autoridades sanitarias y policiales alertan de su consumo creciente entre adolescentes y de sus graves riesgos para la salud.